FALTAN dos días para que termine 2024, que ha sido el año de Puigdemont. Nunca con tan pocos escaños se ha mandado tanto en España. Nunca con tan pocos escaños se han cachondeado tanto de las instituciones del Estado. Dice el presidente Sánchez que ellos tienen el BOE y los del PP los bulos. Pero el BOE no lo tiene el Gobierno del PSOE y Sumar, sino que en la redacción del BOE el jefe es Puigdemont con su grupo de Junts, y ahí se publica sólo lo que autoriza este señor. Fue amnistiado, pero no disfruta de la amnistía. Recibió promesas, pero no se ha cumplido ninguna. Así que está como un gato escaldado y con las garras preparadas.

EN este país, la Navidad festiva (no la de lucecitas en las calles) empieza con el sorteo de la Lotería. Dicen los más puristas que comienza mal, con lo material, porque la gente aspira a enriquecerse como primera medida para festejar la llegada de nuestro Salvador al mundo. Pero hay que entenderlo. El sorteo del Gordo de Navidad es como una bolsa de caridad pública, en la que pagamos las limosnas entre todos los participantes. ¿O no es caridad pública que toque el Gordo a los pobrecitos que salen en las fotos y en las imágenes de televisión brindando con cava catalán? Brindar con champán francés sólo lo hacen los ricos que compran los décimos premiados a los pobres. Y esos ricos son los que se van a condenar, según el Evangelio, por hacer fullerías.

HA sido muy criticada la ausencia de representación española en la reapertura de la catedral de Notre Dame, en París, tras las obras de restauración. Al acto asistieron representaciones de unos 40 países, entre ellos el nuevo presidente de los EEUU, Donald Trump, y el de Ucrania, Volodimir Zelenski, que todavía tiene una guerra en su territorio. Sorprendió que no acudiera nadie de España, un país vecino de Francia, para un acto que supone no sólo la apertura de un grandioso monumento, restaurado a base de colaboración público-privada, tras el incendio que sufrió. También supone la reapertura para el culto católico de una catedral histórica en el corazón de Francia.

HOY es la fiesta de la Inmaculada, la patrona de España. El festivo laboral se ha trasladado a mañana en Andalucía, para que no lo pierdan las trabajadoras y los trabajadores. Tampoco se debería perder la memoria de este día, que es una de las glorias religiosas de España y de Andalucía en particular. La defensa que hizo el pueblo de la Inmaculada Concepción de la Virgen fue ejemplar, hasta que el Papa Pío IX proclamó el dogma en 1854. En Roma, el monumento de la Inmaculada está en la plaza de España. Y por eso cuando el Gobierno de Felipe González estuvo a punto de cargarse el festivo del 8 de diciembre, hubo otro movimiento, comandado por las hermandades y cofradías, que lo evitó. Y eso es lo que se celebra hoy, cuando el invierno se asoma por la puerta del calendario, en un día que es blanco y celeste, como la Inmaculada de Murillo.

VOLVEMOS a nuestra Antología del Relato, según don Pedro, que ha sido paseado bajo palio en su congreso. Otro relato que gusta mucho, y que se difunde a tontas y a locas, es que el PP hace el ridículo en Europa, mientras que el PSOE está a la altura de las circunstancias. Lo primero es verdad, porque el PP se desubica a veces; pero lo segundo es mentira, porque el PSOE también. La diferencia está en el relato que se difunde, donde parece que Feijóo es bobo y Sánchez siempre acierta. Con el caso de Teresa Ribera lo hemos vuelto a ver. El PP se equivocó. Pero, a cambio, el PSOE ha apoyado a un vicepresidente de Meloni y un comisario de Orban. El discurso con el que asusta Sánchez se lo ha cargado él mismo, demostrando que a la hora de cobrar por los cargos lo mismo pacta con Bildu que vota a candidatos de la ultraderecha europea.