TUSSAM  ha vuelto a la actualidad por culpa de las oposiciones a su manera y de los perros. Esta es una cuestión de hondo calado. Antes de decidir si se permite a los perros con bozal viajar en los autobuses de Tussam se debería pulsar la opinión de los sevillanos. ¿Otra consulta popular de Espadas? El asunto es de más sensibilidad que el día festivo de Feria. Pues el festivo sólo se disfruta un día al año, mientras que algunas personas viajan en autobuses de Tussam todos los días del año. Y a todos y a todas no les hace la misma gracia que un perro incontinente pueda aliviar sus necesidades elementales justo al lado. Ya se sabe que también son criaturas de Dios, pero no tienen exactamente el mismo discernimiento. Si seguimos así, se intuye que los perros y las perras (puede que también los gatos y las gatas) van a terminar votando en las elecciones municipales.

LA gente está como loca con el VAR en el Mundial de Rusia. Es un invento maravilloso. Permite corregir las pifias de los jueces de línea miopes y los árbitros cegatones. Guruceta no hubiera pasado a la historia del arbitraje con el VAR. Esos errores inhumanos, goles fantasmas, penaltis birlados, fueras de juego por la cara, que te costaban tres puntos un domingo sí (y otro quizá también) se están corrigiendo con el VAR, que traza la línea roja y te dice si la han cruzado o no. Además de que dificultará los robos de puntos en el fútbol, y permitirá clasificaciones más razonables, es un invento de enorme utilidad. El futuro es suyo y se puede extender a las ciudades. Espadas es un precursor, que ya asumió la videovigilancia, pero hay que depurarlo.

ES una vergüenza que Sevilla no tenga una Ciudad de la Justicia en funcionamiento. Un edificio grandioso, que sea un icono de la ciudad justa del siglo XXI, con mejores argumentos que las setas. Esta carencia grave se nota en los acontecimientos judiciales, como se está viendo desde ayer en las declaraciones tres días a la semana de los condenados en el caso de La Manada, que acudirán lunes, miércoles y viernes. Como era de suponer, ya se ha montado otro circo mediático. Se suma al de los paseíllos de los Eres, que comenzó con la maleta de la juez Mercedes Alaya y sigiuió con los paseíllos; así como otros casos funestos, entre ellos varios crímenes. Dudo que haya una ciudad con más méritos que Sevilla para tener una Ciudad de la Justicia de lujo. Manuel Chaves y José Antonio Griñán, dos de los tres últimos presidentes de la Junta de Andalucía, han pasado por allí, y han podido constatar que era necesaria.

SE suele decir que Sevilla es propicia a la ojana y el peloteo. Por eso, en la ciudad no sólo gusta un pregón para cualquier evento o circunstancia, sino que también gusta mucho un premio, que es el compendio de las pompas y vanidades. La semana pasada el alcalde, Juan Espadas, expresó su intención de que Sevilla sea la capital del cine español, europeo y mundial. Esto es, la capital del cine galáctico. Y ha apostado por pedir la gala de los Premios Goya (que son los premios con más premio, por su rima, que no es con Sevilla, sino con cebolla), pues no está suficientemente contento con los premios del Cine Europeo, ni con los Max del teatro, ni con los Ondas, ni con cualquiera de esos premios que entregan todas las semanas en esta su ciudad.

LA puesta en libertad provisional de los cinco condenados por abusos sexuales en el caso de La Manada es escandalosa. Vuelve a llevar la indignación de las mujeres a las calles y deja en mal lugar a la Justicia. Devuelve el foco de atención hacia el origen sevillano del grupito, que deberá presentarse tres días a la semana, tras su salida en libertad provisional. Ya ha empezado el run-run en torno a Amate. Yo entiendo a las mujeres, pero también entiendo que este caso se le ha ido de las manos a todos y a todas, excepto a los abogados de los condenados, que conocen bien los entresijos legales. También tengo una duda: puede que las presiones a los jueces hayan servido para que decidan justamente lo contrario de lo que les exigían. Lo lógico hubiera sido prorrogar la prisión provisional, pero aquí todo es ilógico.