EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
DESDE que Juan Ignacio Zoido fue nombrado ministro del Interior, raro es el día en que alguien no se queja porque en Sevilla faltan policías. Antes también faltaban, pero el ministro no era de origen sevillano, sino que era Jorge Fernández Díaz, el de las escuchas telefónicas. Se supone que un ministro sevillano debe barrer para abajo, como barría Felipe González con el AVE. No es tráfico de influencias, sino inclinación natural. Para tráficos ya tiene a Gregorio Serrano, que ha salido indemne de los últimos temporales, a diferencia de aquella nevada. Pero no me desvío: a lo mejor no sólo faltan policías, sino que también sobran delincuentes.
SEGÚN los pronósticos de la Agencia Española de Meteorología (consultados sin pagar los 50 euros que pedirán a los cofrades pelmazos) todavía quedan por delante varios días de temporal en la costa gaditana. Emma, que ya figura en la historia local, se quedará con una justa mala fama. Por cierto que ha sido un gesto de machismo intolerable, que se puede unir a las reivindicaciones feministas, ya que el temporal se podría haber denominado Antonio, Teófilo o Blas, por ejemplo, y así no le hubieran tomado tirria a esa Emma, que ha sido como la suegra de Cádiz. Después de pasar Emma por aquí a ver qué nos encontramos.
SE habla mucho de las medidas de seguridad en Semana Santa, pero bastante menos de los accidentes callejeros que ocurren esos días. El 6 de diciembre del año pasado se publicó en este Diario una sentencia muy interesante y de consecuencias para recordar. No originó ninguna polémica, porque en aquellos días la gente estaba distraída con la campaña de Cataluña, el encendido de la iluminación navideña, la turismofobia del puente de la Inmaculada y otros asuntos que han perdido actualidad. Sin embargo, la juez de lo Contencioso Administrativo número 4 de Sevilla decidió algo importante: si alguien se cae en Semana Santa al resbalar por la cera en las calles, la culpa no la tiene el Ayuntamiento, ni Lipasam, ni las hermandades, ni los nazarenos... La culpa es de quien se cae.
ALGUNOS iluminados creyeron que el mundo entraba en los tiempos de la nueva política. Los indignados, los insumisos, los antieuropeos... El mundo se iba hacia los extremos de una nueva derecha y una nueva izquierda más radicales. Pero, en esa deriva (que supone alejarse de la moderación que se implantó después de la Segunda Guerra Mundial), el mundo ha desembocado en Trump y en Putin. Se cayó el muro de Berlín, se rompió el telón de acero. Y nos hemos encontrado con estos dos. Y con varios más parodiados este año en la chirigota del Selu en el Carnaval de Cádiz.
LA Cuaresma ha avanzado, atando crespones de luto en el palio de los recuerdos. Todos los años lamentamos ausencias. La fugacidad del tiempo tropieza con una Semana Santa que suponíamos eterna, pero que se nos escapa con la pérdida de unas personas que contribuyeron cuando vivían a hacerla como es. Entre esas bajas más recientes, están el sacerdote Camilo Olivares, el capataz Jesús Basterra y el cofrade Pedro Collado. Aportaron a distintos niveles, nos dejaron huellas imborrables.