PODRÍA escribir (y lo escribo) que el alcalde Bruno progresa adecuadamente, en materia de iluminación navideña en Cádiz. Puede que la de este año sea la mejor del siglo XXI,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
TENER un hijo es más difícil que escribir un libro y plantar un árbol, en los tiempos que vivimos. Antes no, antes España era diferente. Era un país de reprimidos y reprimidas, según decían los progres de los años 80, que hicieron la revolución sexual con 15 años de retraso…
UNO de los motivos por los que Pedro Sánchez consiguió la presidencia del Gobierno fue el miedo a Vox. La posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo necesitara un pacto con Vox para gobernar, según auguraban las encuestas, impulsó el voto del miedo, con una movilización del electorado socialista. Y quizás…

DESDE el siglo pasado, he repetido en diversas ocasiones que la mejor solución para los viajes por carretera entre Sevilla y Cádiz es tener una autopista de peaje y una autovía completa. Se podría haber conseguido desde principios del siglo XXI. Ahora estamos peor que nunca, y hay más atascos que nunca. No existe ni una autopista de peaje, ni una autovía completa. Por culpa del populismo de los políticos. Tanto el PSOE como el PP, para ganar votos, defendieron que la supresión del peaje era la solución. Y ya se ha visto que es un gran error. En verano, está colapsada a diario, con más camiones y más turismos. Y, al ser gratis, se ha convertido en la carretera favorita para los magrebíes del Paso del Estrecho.
DESDE el siglo pasado, he repetido en diversas ocasiones que la mejor solución para los viajes por carretera entre Sevilla y Cádiz es tener una autopista de peaje y una autovía completa. Se podría haber conseguido desde principios del siglo XXI. Ahora estamos peor que nunca, y hay más atascos que nunca. No existe ni una autopista de peaje, ni una autovía completa. Por culpa del populismo de los políticos. Tanto el PSOE como el PP, para ganar votos, defendieron que la supresión del peaje era la solución. Y ya se ha visto que es un gran error. En verano, está colapsada a diario, con más camiones y más turismos. Y, al ser gratis, se ha convertido en la carretera favorita para los magrebíes del Paso del Estrecho.
LA gente inteligente, que está en la playa tomando el sol, con la debida protección, quiere elecciones ya. Eso es lo que piensan algunos políticos. Las elecciones por excelencia son las generales, en las que se espera mandar fuera de la Moncloa a su divina majestad. Pero esas son difíciles de conseguir. Y las municipales son de fecha fija: en 2027. Así las cosas, la gente se conforma con elecciones en su hermandad, o en su comunidad de vecinos. Y así estamos, cuando se ha empezado a hablar de otra posibilidad: ¿y por qué no convocar las elecciones adelantadas en Andalucía?
LA gente inteligente, cuando ha visto la infografía del nuevo Pabellón Portillo, publicada en el Diario, ha pensado: otra inocentada en el mes de julio. Y van… Pero, en estas mismas fechas, ha salido publicada otra mejor, de tamaño nacional, que decía: “Pedro Sánchez presentará los presupuestos de 2026 y los negociará con Puigdemont”. Vamos a lo nuestro, que la del Pabellón Portillo es importante. Y aunque parezca inocentada, y aunque digan que estará terminado en 2028, y aunque el alcalde, Bruno García, afirme que ya tiene los 19,2 millones de euros que costará construirlo, esta vez parece que van en serio. Felicito al alcalde porque ha cambiado la tendencia: se empiezan a ver obras. Y no es como en los ocho años de la izquierda gaditana desunida con Kichi, que sólo se dedicó a cambiar los nombres de lo que ya está construido. Pero, bueno, así se divierten.
SALVAR a la Esperanza debía ser el objetivo del cabildo de la Macarena. Parece que puede conseguirse. Quedó claro, por desgracia, que a la Esperanza la deformaron en los últimos trabajos realizados. Y que su estado es más grave de lo que se suponía. Otros objetivos colaterales, buscados por algunos, no los consiguieron, como forzar la dimisión de José Antonio Fernández Cabrero, al que sólo le quedan cuatro meses como hermano mayor, y que ya ha explicado lo que había que explicar y ha tomado medidas. Tarde quizás, pero mejor que dejar una herencia envenenada.