EN un acto muy bonito y entrañable, según hemos leído en el Diario, han devuelto a los niños del paraguas a su fuente del Parque Genovés. Pero ¡atención! No son los niños verdaderos, que se llaman Pablo y Virginia, y proceden de una novela pre-romántica y trágica, que publicó Jacques-Henri Bernardín de Saint Pierre, a finales del siglo XVIII. Un modelo que fue difundido por el autor, Andrea Boni, según descubrió Lorenzo Alonso de la Sierra. Como digo, estos niños del paraguas, a los que recordamos de toda la vida en su fuente del Parque, no son los originales, sino una copia similar que allí han colocado para evitar males mayores.

HAN sorprendido las críticas antiKichi de la portavoz municipal del PSOE de Cádiz, Mara Rodríguez, y del presidente provincial de los socialistas gaditanos, Manuel Jiménez Barrios. Entra dentro del guión previsible que critiquen a la Junta de Andalucía, donde ahora gobiernan el PP y Ciudadanos, pero sorprendió que arremetieran contra Kichi al día siguiente de que anunciara que se irá de Podemos, siguiendo los pasos de su compañera Teresa Rodríguez. Y sobre todo que le dieran donde más le duele, acusándolo de inoperante y de retrasar los proyectos. Es decir, que recuperaron el concepto de Kichi como un alcalde flojo que no trabaja lo necesario, y que mantiene inversiones paralizadas por su incapacidad y desidia.

CADA dos o tres meses, escribo un artículo sobre el Castillo de San Sebastián. Es una de las mayores vergüenzas para Cádiz. En cualquier ciudad con un mínimo de civilización cultural, ese recinto ya estaría incluido en el Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, en Cádiz no van a parar hasta que se autodestruya y se caiga a pedazos al mar para convertirse en ruina arqueológica. En el Ayuntamiento, Kichi y el equipo de gobierno viven plenamente despreocupados por este asunto (y por otros, ya se ve). El Castillo de San Sebastián les sonará como el templo de Melkart, algo de otros siglos. Sin entender que tienen clausurada una de las principales joyas patrimoniales de Cádiz.

NOS acercamos a los días de alto riesgo. Anuncian medidas de emergencia. Las primeras vienen originadas por el partido de fútbol que disputarán el Cádiz y el Málaga mañana, a las cuatro de la tarde. Ha sido declarado de alto riesgo, a causa de las fraternales relaciones de enemistad entre los ultras de ambas aficiones. Es curioso que con los equipos de Jerez en Tercera División, y con los de Sevilla en Primera División, a los amantes de la rivalidad extrema sólo les queda el Málaga para pelearse. Es una necedad, porque en la vida cotidiana las relaciones con Jerez, Sevilla y Málaga se hacen con fluidez y naturalidad, sin odios. Y la semana siguiente llega el Carnaval.

A nuestro alcalde Kichi le ha tocado la lotería política, con permiso de las casas de apuestas. Ya no es podemita, pues seguirá los pasos de su pareja Teresa Rodríguez. Ella se ha divorciado en las vísperas del día de los Enamorados, precisamente, pero no de él, sino del otro. Esta sagrada familia política tiene sus ideas, y estaba hasta el gorro de Pablo Iglesias, igual que El Coletas (como lo llaman, por abreviar) de ellos. La noticia es buena para todos. A partir de ahora nuestro alcalde Kichi hasta podría salir en las procesiones (aunque no sea la del Cascana), si le apeteciera, ya que no incumplirá el código ético ni las censuras de Podemos. A partir de ahora los códigos los pondrán ellos. Podría salir hasta vistiendo chaqué en el Corpus, aunque no llegará a tanto.