PUEDE que no haya sido un annus horribilis, pero sí bastante nefasto para ciertas cuestiones. Se dirá que España va bien en la economía, con un crecimiento sostenido en el entorno del 3% anual (del que sólo se benefician algunos, por cierto); pero España va bien jodida en la política, con un problema territorial en Cataluña que ya es una auténtica pesadez, y que ha convertido a un payaso como Puigdemont en un personaje internacional. Por culpa de quienes no lo han evitado a tiempo. También fue el año en que el terrorismo yihadista volvió a asesinar en España, en un lugar tan emblemático como las Ramblas de Barcelona. Cuando se habla del descenso del turismo en Cataluña, se olvida aquel ataque terrorista, que también ha perjudicado. A un extranjero le importa un pimiento si las tiendas están rotuladas en castellano o en catalán, sino que huyen de los sitios de riesgo.

EN aquel tiempo, el mundo era diferente, pero se parecía al de otros siglos. El Imperio estableció sus leyes. Existían ricos y pobres. Unos daban culto a Dios y otros al dinero. No faltaban los que daban culto a Dios y al dinero (y a lo que hiciera falta), con tal de seguir en el poder. En Belén era difícil encontrar albergue. En algún portal, una pareja de recién llegados se podía encontrar el calor de una mula y un buey, mientras que en otros portales sólo se topaban con el frío de la noche. Belén, donde el ambiente parecía enrarecido, tenso, amenazante... Como siempre lo estuvo en Belén, que es un lugar de litigios perpetuos.

EN una jornada con una alta participación (más del 80%) quedó muy claro que hay dos Cataluñas sin puentes, por si alguien lo dudaba. Dos mundos paralelos. La Cataluña no independentista vio que por vez primera un partido constitucionalista, Ciudadanos, era el más votado. Pero fue una amarga victoria: Arrimadas no tiene mayoría suficiente para gobernar. La Cataluña independentista podrá volver a la Generalitat, con la alianza de Junts per Catalunya, ERC y la CUP. Sin embargo, no han superado el 50% de los votos. La independencia carece de legitimidad, además de ser ilegal.

TODAS las encuestas coinciden en que el próximo jueves Cataluña se puede quedar todavía más dividida, con dos bloques enfrentados, difíciles de conciliar. Tanto si el candidato más votado es Puigdemont, como si lo es Junqueras, o Arrimadas, el panorama político se quedará fragmentado entre un bloque independentista y un bloque constitucionalista, con 10 (o menos) diputados ambiguos de los comunes de Pablo Iglesias y Ada Colau. Dos bloques que pueden tener más del 40% de los votos, pero menos del 60%. Esto es, un escenario de dos Cataluñas, casi empatadas, en el caso de que se votara la independencia.

SEGUN casi todas las encuestas (incluida la del CIS), el PP puede quedar séptimo en Cataluña, por detrás de la CUP y de los Comunes de Pablo Iglesias. Se le atribuyen menos de 10 escaños, en torno a 7/8. Si el partido del Gobierno no remonta esos resultados, hará el ridículo y se convertirá en el pagador del artículo 155. Para el futuro político de Rajoy sería muy negativo, ya que Cataluña es la segunda comunidad con más escaños de España, tras Andalucía. A este desastre de los populares, además del auge de Ciudadanos con Inés Arrimadas, contribuye muy activamente una lista encabezada por Xavier García Albiol y Andrea Levy.