LA última oleada de robos en Sevilla y sus alrededores ha provocado una alarma social justificada, como se suele decir. En esta primera semana de agosto parece que han organizado un campeonato de alunizajes en Sevilla y Dos Hermanas. Asaltaron el centro comercial Nervión Plaza, y a la noche siguiente el Factory del aeropuerto. Como si participaran en una ruta de los comercios. Menos mal que todavía no han inaugurado los nuevos centros de Torre Sevilla y Palmas Altas. También es curioso que hayan robado en cinco hamburgueserías de Burger King en una semana. Si esta oleada de robos hubiera ocurrido siendo ministro de Interior el anterior (o sea, Juan Ignacio Zoido), ¿qué se diría?

SE podría decir que el Papa Francisco ha ofrecido un regalo a María Asunción Milá de Salinas, que a sus 99 años lleva una larga vida de lucha contra la pena de muerte. María Asunción nació en Barcelona (su padre fue alcalde y presidente de la Diputación), pero se casó con Manuel Salinas Benjumea y se convirtió en una señora del barrio de Santa Cruz. Desde su casa familiar de la calle Mateos Gago, junto a su marido, emprendió una lucha activa (y a veces incomprendida) contra la pena de muerte. Todavía en tiempos de Franco. Siempre desde unas creencias católicas coherentes y consecuentes. Se afilió a Amnistía Internacional. Esa convivencia con unos y con otros a veces la perjudicó, porque algunos la vieron como si estuviera  un poco chalada. Pero la inmensa mayoría de quienes la conocen la admiran desde hace muchos años. Porque, con unos y con otros, siempre ha defendido lo mismo: la vida.

ESTOS días caniculares de agosto son malos para la actividad municipal. Más duros aún para ejercer la oposición, como intentan Beltrán Pérez y sus compañeros del PP, que sólo oyen comentarios del master de Pablo Casado, ellos y ellas que fueron de Soraya. La gente está refrescándose las ideas en las playas de Chipiona o Matalascañas, mientras Pedro Sánchez va de Marivent a Doñana. Así es el poder terrenal en agosto. Pero no debería pasar desapercibido algo que criticó el portavoz municipal del PP, tras una reunión que mantuvo recientemente con los responsables de APES (la Asociación de Parques Empresariales de Sevilla). Hay cierta deslocalización de empresas de esos polígonos industriales. Se están marchando a otros municipios que les ofrecen mejores condiciones.

EN las vísperas de la Velá de Santa Ana fue presentado otro proyecto interesante para el río: el Jardín de las Cigarreras. Se ha afirmado que servirá para la integración del puerto en la ciudad; lo mismo que se dice cada vez que el puerto hace un negocio y se lo encaja a la ciudad. En este caso, se presentó como un jardín con un aparcamiento subterráneo. Aunque también se pudo presentar como un aparcamiento subterráneo con un jardín. Tendrá 360 plazas para aparcar. Si bien es cierto que las zonas verdes ocuparán el 80%, e incluirá espacios deportivos, así como para exposiciones y congresos (que no deben faltar en cualquier proyecto que se precie de interesante).

EL arboricidio es la demagogia populista del verano. Hay personas bienintencionadas a las que duelen esos apeos que parecen más propios de los leñadores vascos. No obstante, también debo apuntar que los grupos populistas han encontrado ahí un filón. Se vio desde que la podemita Susana Serrano dijo aquello de Juan Serrucho en un pleno. Entre las espadas y los serruchos todavía hay diferencias, a la hora de cortar por lo sano, pero la tentación es golosa. Incluso en el PP puede que algunos vean un hueco para atacar al alcalde. Beltrán Pérez debería aguantar el tirón de los apeos, pues a Zoido le criticaron lo mismo.