HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
EN la asamblea del Sevilla FC lo más comentado ha sido el enfrentamiento entre José Castro y José María del Nido, en otros tiempos amigos y compañeros directivos. En los clubes de fútbol pasa como en los partidos políticos y las hermandades, que las alianzas se rompen. Sin embargo, se ha prestado menos atención a un asunto que va más allá de lo deportivo. Es una propuesta que no se ha aprobado; pero que ahí quedó, tras ser lanzada, por si le dan la vuelta a la tortilla del poder sevillista, o cambian de ideas, o lo que sea. Me refiero al planteamiento del ex presidente Del Nido para construir un nuevo estadio (más grande, más moderno y más de todo), con capacidad para 60.000 espectadores.
DECÍAMOS ayer que el cambio de criterio de la Junta demostraría que su decisión de salvar el edificio de la Aduana en 2008 tuvo otro objetivo: fastidiar a Teófila Martínez. Más en concreto, evitar que el Plan de la Plaza de Sevilla se ejecutara según lo previsto. Sin embargo, debo añadir hoy que esto es sólo una parte del problema. El Plan está maldito. Ni antes lo llevaron adelante, en los tiempos del PP; ni ahora existen opciones reales de que Ganemos y Podemos empiecen las obras antes de las elecciones municipales de 2019. Por ello, puede ocurrir que la Aduana sirva de excusa al Ayuntamiento y sólo se ejecute la parte que le interesa a Adif: el mercado gastronómico de la antigua estación y el nuevo hotel de Barceló.
EN Sevilla hay que mirar de reojo el conflicto territorial que han montado entre Cataluña y Aragón, a propósito de las 44 obras de arte del monasterio de Sijena, que se encontraban en el Museo de Lérida. El fugado Puigdemont ha llegado a decir que han aprovechado “el golpe de Estado” para “expoliar a Cataluña”. Se refiere a unas obras de arte que procedían del monasterio aragonés, y que fueron vendidas a la Generalitat catalana por unas monjas, en 1983, sin permiso. Una venta que fue anulada por decisión judicial, por lo que se ordenó el retorno a su lugar original. Sin embargo, este caso es una minucia en comparación con otros expolios mucho más graves sufridos en Sevilla. Porque aquí no se vendieron, sino que se robaron como botín de guerra.
SE suele repetir, como un proverbio sentencioso, que “el tiempo pone a cada uno en su lugar”. Pues eso es lo que está sucediendo, con el supuesto movimiento vecinal para derribar la Aduana, auspiciado por algunos de los que presionaron para su conservación. Hay políticos gaditanos de luces cortas, que piensan que la gente es tonta. De modo que un mismo edificio, en 2007, era un interesante exponente de la arquitectura de la posguerra (fue inaugurado en 1959), que se debía conservar como un ejemplo de aquel periodo, sin ceder a la especulación capitalista que intentaba el Ayuntamiento, donde gobernaba el PP con Teófila Martínez. Así consiguieron que la Junta de Andalucía incluyera el edificio en el Patrimonio Andaluz y lo salvara. La Academia Provincial de Bellas Artes, en su informe La Aduana, monumento emblemático de Cádiz, lo consideró “de lo mejor construido en todo el siglo XX”.
DONDE va la gente, va Vicente. Hubo un tiempo en que Vicente el del Canasto iba por la calle Tetuán esquivando coches. Yo recuerdo una vez que casi lo atropellan en la esquina de la calle Rioja. Ya no pasan coches por Tetuán, aunque se criticó su peatonalización. Con eso se aprecia que las ideas costumbristas cambian con los años. En este puente de la Constitución y la Inmaculada a todo el mundo en general le ha dado por recorrer la calle Tetuán. Y aunque es la milla de oro, no todos compraban, ni miraban, sino que lo suyo era recorrerla, como si no hubiera otra.