EN Cádiz, además de la batalla de coplas, tenemos la batalla de nombres. Pero no debemos confundir los nombres oficiales, que ponen los ayuntamientos u otras instituciones, con los nombres propios populares, adaptados por el pueblo. Por eso, cambiar el nombre al estadio, al teatro de verano, a una avenida, a una plaza, o a una calle tiene consecuencias burocráticas, pero después la gente no lo va a llamar como se le ocurra a Kichi o a Martín Vila, sino por el que será su nombre propio y auténtico. A la avenida de la Sanidad Pública nadie la llamará así, ni tampoco de Juan Carlos I, sino la avenida del Soterramiento, que es como se la conoce.

LOS niños vuelven al colegio como si fueran al martirio en el circo romano, a ver qué pasa con las fieras. El gran problema de fondo es que acuden a una cita a ciegas, como todo lo que rodea la gestión del coronavirus en España. Es obvio que los niños no se podían quedar en sus casas o en las playas de Cádiz hasta que empiecen a tratar a la gente con la vacuna de Oxford, ojú. Los consejeros autonómicos, como Javier Imbroda en Andalucía, miraban a la ministra, Isabel Celáa, que estaba desaparecida, venida a menos desde que Pedro Sánchez la retiró como portavoz del Gobierno para poner a María Jesús Montero. La ministra Celáa se lavó las manos, la medida higiénica que mejor practican.

EL día después de que el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, visitara Cádiz, llegaron dos pateras a la playa de la Victoria, en horario matutino. Ambas a la zona donde se encuentran los estudios de Radio Cádiz, por lo que contó con la máxima transparencia informativa. Fueron vistos por decenas de personas que pasábamos por allí. Contribuyó a ello que mantuvieron sentados en la arena a los recién llegados durante bastante tiempo, se supone que para las pruebas médicas y gestiones pertinentes. A primeras horas de ayer llegaron otras pateras a Chipiona y Rota, por lo que parece que ha vuelto la temporada alta, aunque este año no hay Operación Paso del Estrecho.

QUEDE muy claro que le deseo una rápida recuperación a Álvaro Cervera y que pueda ejercer sus labores como entrenador del Cádiz, cuanto antes mejor. Su caso es peculiar: un ejemplo de que el fútbol es diferente para la gestión de la pandemia. Forma parte de las contradicciones del sistema. Las diferentes formas de proceder crean desconcierto e inquietud en la población, pues no se trata a todos por igual. Las normas para los entrenadores y los futbolistas no son como las de los profesores, los niños que van a volver al colegio o sus padres. La vuelta al cole coincide, por cierto, con el comienzo de la Liga. Con partidos a puerta cerrada.

PRONTO se verá si son más contagiosos los colegios o las vacaciones. Hay serias dudas al respecto. Por eso, están deseando que empiecen las clases. Las vacaciones han servido para dar alas a la segunda ola de contagios. A principios de julio, España estaba mucho mejor que ahora. Es cierto que los ingleses nos hicieron un favor, como dijo el doctor Don Simón, frenando el turismo hacia las costas españolas. Y después los alemanes, que empezaron con entusiasmo, hicieron lo mismo, al ver que decenas de turistas regresaban contagiados tras sus viajes a las islas y costas españolas. Así que el turismo nacional ha salvado las vacaciones para los hoteles y restaurantes, aunque ha estropeado las estadísticas sanitarias.