ES lamentable la hipocresía política con la que en este país son acogidos crímenes abominables como el de la joven Laura Luelmo. Hay que decirlo, aunque fastidie. Los mismos y las mismas que se oponen a endurecer las penas de los criminales, los mismos y las mismas que se oponen a la cadena perpetua, son los que echan más lágrimas de cocodrilo cuando pasa lo que pasa. Tienen un esquema maniqueo y equivocado de ver las cosas. Es uno de los motivos por los que no disminuyen los casos de violencia machista, a pesar de las leyes que aprueban y los observatorios que montan. Creen que todo se solucionará con tópicos mil veces repetidos y con la condena del maligno patriarcado. Y no comprenden que además de los casos de violencia familiar, existe otro peligro muy grave: el de los inadaptados sociales, el de los violadores que vuelven a violar, el de los asesinos que vuelven a asesinar.

Cádiz se muere, Cádiz se desangra, Cádiz está en decadencia… Esto se escucha desde el siglo XIX. Y, por supuesto, durante gran parte del siglo XX y lo que ha transcurrido de siglo XXI. A continuación viene lo siguiente: el Gobierno nos trata mal, necesitamos un plan especial. Castelar y Moret eran gaditanos. Se piden un puerto con algunas prerrogativas para sustituir el monopolio que perdimos, una Zona Franca con ventajas fiscales, unas subvenciones para que las grandes empresas se instalen en la Bahía, porque es insuficiente con los astilleros públicos y la aeronáutica. Por pedir que no quede.

CUANDO hay un cambio de Gobierno surgen expectativas. Una de ellas es el nuevo hospital que necesita Cádiz. Juanma Moreno el del PP y Juan Marín el de Ciudadanos triunfarían si fueran capaces de construir el centro de referencia que prometió la Junta de Andalucía en tiempos de Manuel Chaves como presidente. Ni Chaves, ni Griñán, ni Susana Díaz fueron capaces de iniciar las obras en el solar de Puntales. Allí han buscado alternativas chungas como aparcamientos, circos y espectáculos para niños y para adultos. Pero, en general, la mejor actividad de los últimos años es el cultivo de jaramagos. En unos terrenos donde estuvo la antigua factoría de Construcciones Aeronáuticas, que fue desmantelada cuando la empresa se trasladó al Airbus de Puerto Real.

PARA nombrar hijos adoptivos también hay que tener arte y salero, y saber a quién se escoge en el mundo entero. El Ayuntamiento va a proponer, no sólo a Adela de Moral y a Pedro Hidalgo como hijos predilectos de Cádiz, sino además a Isidoro Cárdeno, Hugo Alberto Vaca y Alejandro Sanz como hijos adoptivos. Cada uno tiene sus motivos merecidos. Aunque resulta de lo más pintoresco colocar en el mismo lote a Isidoro el de Cumbres Mayores y a Hugo el del Submarino Amarillo, que se lo curran en Cádiz a diario, con Alejandro Sanz, que vive en Miami mayormente. Supongo que este detalle lo conocerá el alcalde, José María González.

LA ciudad de Cádiz tiene problemas muy importantes. Pongamos por caso, el número de sesiones preliminares del Carnaval. Finalmente, se han reducido a 20 funciones, haciendo un gran esfuerzo para no torturar a la ciudadanía. Hasta el alcalde, José María González, intervino en la polémica y reconoció que las pretensiones de organizar 24 sesiones eran excesivas. ¡Ea, cuatro menos, ya está arreglado! El sábado hicieron el sorteo, que es muy festejado en esta ciudad, pues permite orientaciones sobre las ofertas de reventas. Al coro de Paco Martínez Mora, ‘El tango se escribe con tiza’, le corresponde el honor  de abrir el concurso. Hasta el 26 de enero no se hablará de otra cosa. Y hasta el Domingo de Ramos, día 14 de abril, tampoco.