EN calles y plazas de Cádiz, de repente, como por arte de magia, han aparecido 20 figuras, a las que denominan ecomeninas. Son creaciones de Antonio Azzaro, realizadas para una campaña de sensibilización sobre el reciclaje de vidrio. ¿Por qué sólo sobre el vidrio? Este es el primer enigma, ya que también podrían sensibilizar sobre el reciclaje de plástico y de papel. Para eso están, por otra parte, los contenedores oportunamente situados en diversos puntos limpios (y sucios) de la ciudad. La campaña ha sido auspiciada por la Junta de Andalucía, en colaboración con el Ayuntamiento de Cádiz, y por Ecovidrio, entidad al parecer sin ánimo de lucro. Aunque se debe explicar que los reciclajes tienen ánimos de lucro, como negocios que son, y que no se hacen sólo por amor al arte.

SERÍA un gran error colocar a la Universidad de Cádiz en el debate político. Existe cierto paralelismo con lo que sucedió en el Ayuntamiento gaditano, cuando entró Kichi como alcalde y relevó a Teófila Martínez. La anterior alcaldesa se había caracterizado por una gestión basada en proyectos, que podrían gustar más o menos, pero que han quedado para la posteridad. El Ayuntamiento no realizó el soterramiento, ni construyó el segundo puente; pero es obvio que sin su impulso y patrocinio Cádiz tendría todavía el muro del tren dividiendo Puerta Tierra y un solo puente con atascos. En la UCA termina un rector, Eduardo González Mazo, caracterizado por su gestión. Y entra otro, Francisco Piniella, cuyo primer discurso ha recordado en parte a los de Kichi, a cuya compañera Teresa aconsejó votar en unas elecciones.

AL llegar otro 16 de julio, se celebra el día de la Virgen del Carmen. Cádiz es una de las provincias más carmelitanas. No sólo se conmemora la fiesta donde es Patrona, y en las poblaciones pesqueras, donde Ella es hoy más que nunca la Estrella de los Mares, a la que canta la Salve Marinera. También en los pueblos del interior es como una llama de amor viva que ilumina en la distancia, con la devoción mariana de la plenitud que está en el Monte Carmelo. Entre tantas formas de celebrar este día de la Virgen del Carmen, en Cádiz no se puede olvidar que Ella es también la Reina del Mentidero, desde que salió de Santo Domingo en 1761 y llegó a la iglesia del nuevo convento carmelita para presidir su retablo mayor.

CADA cuatro años, cuando hay cambios en la Junta de Andalucía y eligen a un nuevo alcalde en El Puerto de Santa María, se publica una noticia en la que dicen que van a restaurar el Vaporcito de El Puerto. Con fines turísticos, por supuesto. Para las comunicaciones marítimas entre El Puerto y Cádiz ya está el catamarán. Por cierto, el catamarán es para el Vaporcito lo mismo que los robots para los trabajadores de astilleros. El catamarán es lo moderno y avanzado, igual que los robots; pero el Vaporcito y los trabajadores de los astilleros son la parte artesana. En los astilleros de Navantia repararían el Vaporcito en un periquete y sin robots. Cruceros más grandes se han visto, que entraron casi desahuciados y salieron como nuevos.

LA culpa del fracaso del tranvía de la Bahía la tienen los tres presidentes de la Junta de Andalucía que han gobernado en los últimos 13 años: Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Susana Díaz. Fueron incapaces de terminar unas obras mal enfocadas desde el principio. Pero no se puede poner a los actuales responsables de la Junta en el mismo saco. No se puede pretender que la actual consejera de Fomento, Marifrán Carazo, que lleva seis meses en el cargo, tenga la misma responsabilidad por el marronazo que se ha encontrado. El fracaso es completa responsabilidad de la gestión del PSOE en la Junta. Casos como este hay muchos más, y es la principal explicación de que perdieran el poder después de 36 años. La culpa de que los echaran de la Junta no fue de Vox, sino del hartazgo por tantos errores.