DESDE el siglo pasado, he repetido en diversas ocasiones que la mejor solución para los viajes por carretera entre Sevilla y Cádiz es tener una autopista de peaje y una autovía completa. Se podría haber conseguido desde principios del siglo XXI. Ahora estamos peor que nunca, y hay más atascos que nunca. No existe ni una autopista de peaje, ni una autovía completa. Por culpa del populismo de los políticos. Tanto el PSOE como el PP, para ganar votos, defendieron que la supresión del peaje era la solución. Y ya se ha visto que es un gran error. En verano, está colapsada a diario, con más camiones y más turismos. Y, al ser gratis, se ha convertido en la carretera favorita para los magrebíes del Paso del Estrecho.

SALVAR a la Esperanza debía ser el objetivo del cabildo de la Macarena. Parece que puede conseguirse. Quedó claro, por desgracia, que a la Esperanza la deformaron en los últimos trabajos realizados. Y que su estado es más grave de lo que se suponía. Otros objetivos colaterales, buscados por algunos, no los consiguieron, como forzar la dimisión de José Antonio Fernández Cabrero, al que sólo le quedan cuatro meses como hermano mayor, y que ya ha explicado lo que había que explicar y ha tomado medidas. Tarde quizás, pero mejor que dejar una herencia envenenada.

NO se puede acabar julio sin que escriba un artículo del Cine Cervantes. En este Diario, casi todos los articulistas, menos yo, han escrito un artículo sobre el Cine Cervantes, lo que demuestra que es importante para Sevilla, ya que es el único teatro del siglo XIX que sigue en pie. Y está claramente en riesgo de desaparición, como tantos otros cines y teatros sevillanos que se fueron al garete, entre la general indiferencia. Ahí quedó la liquidación de la librería Verbo en la calle Sierpes, donde estuvo el antiguo Teatro Imperial. Y siempre se recordará el derribo del Teatro San Fernando, en la calle Tetuán. Pero no me voy a dispersar con los cines y los teatros que perdimos, que fueron casi todos.

CUANDO llegan los días postreros de julio, se habla y se escribe mucho de Triana. Sirve de motivo la Velá de Santiago y Santa Ana, que, siendo fiesta trianera, tiene la consideración de serlo de Sevilla por todo lo alto. Es una fiesta de la Triana de nostalgias marineras, que se sienten especialmente en julio. Ya por el día 16, con la fiesta del Carmen, que es una de las esenciales devociones trianeras. Carmen que es un faro desde su capillita en el puente, y que navega por el río. La Virgen siempre está presente en Triana: alimenta sus Esperanzas, en Pureza y en La O, con una Estrella en la noche a ese lado del río, y con tantas devociones marianas.

EN los tiempos de Franco, cuando gobernaba la ultraderecha del Movimiento Nacional, se le prestaba una gran atención a la información del tiempo. Entonces los partes de Radio Nacional de España y los telediarios de TVE se referían a la pertinaz sequía, a las torrenciales lluvias, al uso de cadenas por nieve en Pajares y otros puertos de montaña. Y eso cuando no había inundaciones en Valencia, en Sevilla y en media España. Decía la gente que era para que no se hablara del Gobierno. En estos tiempos, cuando gobierna el Movimiento Progresista, es verdad que se habla mucho de política, quizá demasiado. Todo lo que se atribuía antes a los judíos, los masones y los comunistas se atribuye ahora a los judíos, la ultraderecha y los fascistas. Pero cada vez que suben las temperaturas esa es la gran noticia del día.