UNOS mangan y otros sufren las consecuencias. El Ministerio de Transportes está en el punto de mira de las mordidas. Y todo lo de ese Ministerio huele a chamusquina. Tenemos, en Sevilla, el puente del Centenario perpetuamente atascado, haya o no haya cumbre de la ONU. Tenemos el desastre de Renfe. El 1 de julio empezaban algunos afortunados las vacaciones, y era el día en que terminaban los abonos gratuitos para los trenes de medias distancias, y ha sido el día en que han sufrido otro caos en la alta velocidad. Sí, aquel AVE, que se inauguró en tiempos de Felipe González (ese anciano al que quieren expulsar del PSOE), y que fue la envidia de Europa. Ahora es el hazmerreír del mundo.
DESDE que empecé a trabajar en el periodismo sevillano, hace más de 40 años, se viene publicando que en esta ciudad faltan policías locales. También en aquellos tiempos salían procesiones extraordinarias, pero menos. Y salían cruces de mayo, pero menos, y con los familiares de los niños guiándolos para no cortar el tráfico. Y eventos variopintos también había, incluso organizaron una Exposición Universal en 1992, y un Mundial de Atletismo, y se construyó un Palacio de Congresos y un Teatro de la Maestranza… Manifestaciones siempre hubo, y de todo tipo, no sólo para denunciar la situación de los barrios hartos que son los mismos que aún siguen hartos. Pero la falta de policías locales no se ha arreglado. ¿Y saben por qué? Porque nunca son suficientes.
SORPRENDE la magnitud del escándalo que se ha montado con la última restauración de la Esperanza Macarena. Por las ingenuidades y por las ligerezas. Por los silencios interesados y por los aprovechateguis electorales. En la bulla han entrado medios de comunicación madrileños y extranjeros, con el consiguiente peligro. Pues parecía que la Esperanza había sido sometida a una desfiguración como el Ecce Homo de Borja. Tampoco es eso. Pero suena a magia verde que veamos fotos con cuatro caras diferentes de la Virgen en seis días. ¿Qué dirán los talibanes de la restauración? Se ha visto una imagen alterada. Tocada y retocada. Y con un imaginero ayudando de urgencia a los restauradores, lo cual se consideraba pecado mortal por sus excelencias.
SE suele decir que Sevilla, Toledo y Granada tienen las tres celebraciones del Corpus Christi más importantes de España. En las tres ciudades, por cierto, se mantiene la procesión en jueves, que es día festivo local. No tiene sentido entrar en comparaciones. Pero posiblemente el Corpus de Sevilla es el mejor de España, al menos visto con nuestra mentalidad. Como damos por obvio que la Semana Santa y la Feria son las fiestas que tienen la fama, a veces parece que el Corpus es una procesión más y una fiesta más. Sin embargo, era la Fiesta Grande, y no ha perdido tamaño.
SEVILLA es una de las pocas ciudades que mantiene la procesión del Corpus Christi en jueves. Un sector de los sevillanos aprovecha para irse de puente desde el miércoles. Y otros para ver la procesión en las sillas, o participar en las representaciones. Unas cinco mil personas han salido en años recientes. El protagonismo esencial lo tiene el Santísimo Sacramento, que va en la Custodia, para cuya pública adoración se organiza esta procesión. Sin embargo, cada año suele haber una novedad en la que nos fijamos. Y la de este año es llamativa. La Custodia de Juan de Arfe no irá a ruedas, como era habitual, sino con costaleros. Los demás pasitos los tienen incorporados con normalidad, pero llevar a costal la Custodia de la Catedral parecía un tabú. Aunque en los Corpus de barrios (algunos salen con custodias) ya es costumbre, y no origina ningún problema.