SERÍA muy oportuno que el pleno municipal, con el visto bueno de la comisión del nomenclátor o lo que sea, apruebe la dedicatoria de una glorieta a las plataformas gaditanas.…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL mosquito sevillano algunos lo cuidan como si fuera el lince ibérico. Sabido es que el lince ya no está en peligro de extinción, de tanto cariño como se le ha procurado. Pero al mosquito sevillano no hay que permitirle que se propague, sino declararle la guerra y reforzar la…
HEMOS leído en la prensa (en la de papel, por supuesto) que Pedro Sánchez ha presentado un plan de regeneración democrática. Supongo que es una errata, como aquellas de La cárcel de papel, que publicaban en La Codorniz, un semanario humorístico que la generación Z no ha conocido. Y que…
JULIO es el mes del Carmen. En Cádiz y en gran parte del universo. En Cádiz lo es claramente, porque a pesar de la merma de frailes y la secularización de los tiempos, el templo de la Alameda recupera el esplendor de su historia, aunque sea por unos días. En realidad, se prolonga durante todo el mes, en el que permanece abierto a diario el templo carmelitano, algo que se debería considerar normal, pero que sólo ocurre en julio. Se suele decir, entre los fieles de la Virgen que acuden a las sabatinas, que la devoción del Carmen en Cádiz se divide en dos: los que van siempre que pueden y los que sólo van en julio y después desaparecen. Por eso, la novena es solemne, concurrida y de postín.
A veces se habla del centralismo sevillano en otras provincias andaluzas. No es cierto. En Sevilla no existe tal percepción, sino que incluso se habla de que es perjudicada por la Junta. Probablemente, tampoco sea cierto. Ese centralismo, si existiera, sería por culpa ajena, ya que en otras provincias se dedican a copiar (en ocasiones mal) el modelo sevillano festivo en la Semana Santa y la Feria. Pero sí que existe un centralismo en la propia provincia de Sevilla, que parece limitada a lo capitalino. Sevilla no es sólo la capital. Sevilla son sus pueblos, según recuerda la Diputación, Y entre ellos hay uno muy importante: Los Palacios y Villafranca.
LOS terrenos de Puntales son un obstáculo para construir el nuevo hospital de Cádiz. Este hospital y sus terrenos aparecen en todas las campañas electorales, y desaparecen después, sirven ya de cachondeo. Pues la gente, por muy inocente que sea, entiende que tanto el PSOE como el PP han tenido tiempo para empezar las obras. Lo prometió el socialista Manuel Chaves en 2006. Lo más curioso es que otro socialista, José Antonio Griñán, en 2009, firmó un convenio con la Zona Franca dando el asunto por resuelto, y donde se decía que sería “el hospital más moderno de Andalucía”. La inversión prevista hace 15 años era de 200 millones, menos de la mitad de lo estimado ahora. En los años de gobierno del PSOE en la Junta de Andalucía no se puso la primera piedra. Después el PP tampoco la ha puesto.
AL alcalde de Sevilla parece que le ha sentado bien la cuestión de confianza. Ya lo escribí: es como el truco del almendruco. Te permite aprobar los presupuestos en segunda instancia, y sin matrimonios de conveniencia con Vox. Si a Jaume Collboni, que es del PSC, le ha salido bien en Barcelona, a José Luis Sanz, que es del PP, le podía salir igualmente bien en Sevilla. Sabido es que los socialistas tienen una habilidad extrema para aprovechar todos los resquicios legales, como se ha visto en el caso de los ERE, que ahora se ha convertido en una nueva versión del inocente-inocente, tararí que te ví. O en los defectos de forma con la amnistía de Puigdemont. Al final, es cuestión de confianza: el que confía gana la porfía. Y así Sanz se puede regocijar nombrando hija predilecta de Triana a Susana Díaz.
CINCO países permitieron que sus jóvenes votasen en las elecciones europeas desde los 16 años. Son Alemania, Austria, Bélgica, Malta y Grecia. Siendo España uno de los países más progres del mundo para que aborte la juventud precoz, pareció raro que no se sumara a esa lista. Pero se entiende mejor por lo que podía pasar; ya que la mayoría de los jóvenes entre 16 y 18 años votaron a partidos de ultraderecha, según diversos estudios. Incluso a Alternativa por Alemania, que es el más neonazi. Se suponía que los jóvenes son idealistas, progresistas, merecen un cheque cultural y votan a la izquierda, incluso a la más extrema. ¿Qué ha pasado? ¿Es facha la generación Z?