LA Puerta de Tierra no es una excepción. Es lógico y natural que sufra problemas de conservación, agravados por el abandono de los últimos años. En Cádiz se cae todo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
HA vuelto a hacerlo. Vinicius ha vuelto a decir, en una entrevista en la CNN, que en España hay un problema de racismo y que él es una víctima. La entrevista se difundió tres días antes de que el árbitro Alberola Rojas le perdonara la expulsión y le obsequiara con…
ESPAÑA no es como Alemania, ni como Francia, Italia, Holanda, Bélgica o Grecia. Se parece más a Portugal, pero tampoco es lo mismo. Y dentro de España no se vota igual en Andalucía que en Cataluña, ni en Madrid que en el País Vasco. No obstante, tenemos una cuadrilla de…
AGOSTO era el mes de las vacaciones, como un remanso de paz, un oasis, cuando cerraban las tiendas en las ciudades de interior, que quedaban vacías a las horas del calor. La gente salía por las noches, a ver las lágrimas de San Lorenzo derramándose por la oscuridad del cielo, a escuchar el canto de los grillos rompiendo la indolencia del silencio, a ver películas de James Bond en los cines de verano. A comer sardinas en los chiringuitos de las playas; o a lo que sea, tampoco me voy a extender. En los periódicos, era un tiempo de tibieza informativa. Aparecían en las portadas las plagas de medusas en las playas, las procesiones de la Virgen de agosto, los festivales; y dentro había una sección que se titulaba Verano.
PUIGDEMONT se ha convertido en el amo de la política española desde 2017. No hay un político más influyente que él en España. Puigdemont es interesante como personaje, por su semejanza con un Groucho Marx sin bigote. Aunque como político dice paparruchadas, en un país donde existe poca sustancia ideológica y escasa ética para gobernar. Puigdemont lo sabe, y se aprovecha de las circunstancias, que son muy aprovechables para que nuestros políticos hagan el ridículo y estén bailando al son que dicta este cómico. Mérito tiene, sin duda.
Carles Puigdemont nunca ha ganado unas elecciones a la Generalitat. Fue elegido presidente en enero de 2016, gracias a los votos de la CUP, que había vetado al candidato de Junts, que era Artur Mas. Los antisistema independentistas colocaron en Sant Jaume a Puigdemont (detalle que se olvida), que en aquellas elecciones iba como número 3 por Girona. Puigdemont era alcalde de ese municipio, donde la CUP tiene bastante arraigo. Así que Puigdemont fue presidente de rebote, y porque era el más independentista que había en CiU desde los viejos tiempos de Pujol. Sin Puigdemont, es probable que nunca se hubiera montado el proceso secesionista ilegal que han amnistiado a cambio de sus votos.
Son curiosos los orígenes de Carles Puigdemont i Casamajó. A pesar de sus apellidos, tan catalanes, el cuarto es Ruiz, porque su abuela materna era andaluza, de La Carolina (Jaén). Los dos abuelos y la abuela paterna sí eran catalanes. Carlete iba a estudiar Filología Catalana en la Universidad de Girona. Pero no se licenció. Se hizo periodista a sí mismo, sin pasar por ninguna facultad, con su inteligencia natural. Empezó con crónicas futbolísticas en el diario Los Sitios, de Girona. Después pasó a El Punt, donde llegó a ser redactor jefe.
Fue vocal del Colegio de Periodistas de Cataluña, sin tener ningún título. Y, en 2004, cuando ya estaba situado en CiU, fue director general de Catalonia Today, un panfleto en inglés, que recibía ayudas de la Generalitat, donde mandaban los suyos. En 2006 fue elegido parlamentario catalán de CiU y en 2007 concejal en Girona. La dirección de Catalonia Today fue asumida por su pareja, la periodista rumana Marcela Topor. En CiU todo se quedaba en casa.
Puigdemont se formó a sí mismo, es un líder sin pedigrí. No ha terminado ninguna carrera universitaria, y no ha ganado nunca unas elecciones como cabeza de cartel en Cataluña ni en España. Pero se cachondea de los catalanes y los españoles, gracias a que Frankenstein lo ha resucitado.
José Joaquín León
HAN vuelto a abrir el Castillo de San Sebastián en Cádiz. Esto parece una inocentada, pero es verdad. Después de seis años de cierre, la gente se había resignado a que el castillo se derrumbara. No estaba visitable para el público, se decía. Con Kichi en la Alcaldía casi nada de las murallas y baluartes que quieren convertir en patrimonio de la Humanidad estaba visitable. En realidad, es que Cádiz estaba poco visitable en todo lo que dependía de aquella corporación municipal progresista y adelantada a su tiempo. Pero miremos hacia adelante, no sólo hacia atrás. Porque al Castillo de San Sebastián sólo le han hecho un remiendo.
VIVIMOS en España, que es el país número 15 del mundo, según el medallero olímpico. En realidad, el 16, puesto que Rusia no ha participado por el boicot, y hubiera quedado la tercera, probablemente. Ha ganado EEUU, por delante de China. Ambos con 40 medallas de oro, si bien los norteamericanos obtuvieron en total 126, frente a 91 de los asiáticos. El sistema del medallero es discutible, ya que valoran más los oros que el total de medallas, de modo que China hubiera ganado con un oro más. Pero me parece injusto, porque no se puede poner por delante a un país que consiguiera 3 medallas de oro, 1 de plata y 1 de bronce frente a otro que sumara 2 de oro, 25 de plata y 46 de bronce.
HUMILLACIÓN. Bochorno. Vergüenza. Ridículo… ¡Qué poco sentido del humor tenéis! Esto es Carnaval. ¿No se dice en Cádiz que el Carnaval se burla de los políticos? Si hubieran mamado las esencias carnavalescas en la cuna, nadie se enfadaría por ese popurrí. Y lo entenderían mejor. Puigdemont tendría envidia del Yuyu, supongo. “Volvemos al Falla tras 14 años”, escribió José Guerrero El Yuyu en X. ¿Volver después de 14 años? Puigdemont, que iba a cumplir siete años ausente, también volvió. Aunque por poco tiempo. Visto y no visto. El Carnaval de Cataluña es más soso.