SER gaditano de nacimiento es lo peor que te puede pasar para tener un reconocimiento en Cádiz. Desde que fue restaurada la democracia, todavía ninguno de los que han ejercido…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA primavera sevillana no se entiende sin la información meteorológica. De todos y todas es conocida la importancia que alcanza en la Semana Santa. Ser meteorólogo en esos días se puede considerar como una profesión de alto riesgo. No sólo por el desprestigio de equivocarse, sino por las críticas posteriores.…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
TRES días de luto oficial en Cádiz marcan el recuerdo del primer alcalde de la democracia. Carlos Díaz Medina pilotó un tiempo para la ciudad, que no fue sólo la transición desde la dictadura franquista a la democracia, sino el puente desde un Cádiz en blanco y negro a un Cádiz en color. El blanco y negro de las fotos se terminó con Carlos Díaz y el color empezó con Teófila Martínez. No lo escribo en peyorativo, porque el blanco y negro hoy está mejor considerado que nunca, se vuelve a las viejas fotos como se retorna a la nostalgia. Carlos Díaz fue el único alcalde posible para su tiempo. Fue un quijote que peleó contra los molinos de viento de la incomprensión. Hoy le alaban muchos que antes lo despreciaron.
ES lógico que el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno Bonilla, y su entorno se hayan mosqueado por la campaña que lanzó el PSOE, titulada “Moreno Bonilla, yo NO te creo”. Y no es sólo porque hayan utilizado el lema que en su día difundieron las feministas en apoyo de la víctima de la Manada. Lo peor es que está enfocado con toda la intencionalidad, para apropiarse, una vez más, del feminismo. Puesto que no es sólo el lema anti-Manada lo que utilizan. También hay un fondo morado que remite a lo mismo: el PSOE está con las feministas, y el presidente de la Junta, supuestamente, estaría con el machismo de la Manada. Una indignidad absoluta, para confirmar el cariz rastrero y asqueroso que está adoptando la política en los últimos tiempos.
EN aquel tiempo, se dirigió Pedro Sánchez a los españoles, y dijo: “El heroísmo ahora consiste en lavarse las manos, quedarse en casa y protegerse uno para proteger a los demás”. Eso lo dijo el 13 de marzo de 2020, la víspera de la proclamación del estado de alarma. Entonces el doctor Fernando Simón afirmó que las mascarillas no eran necesarias. En la misma línea se pronunció el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Pero dos meses después, en mayo de 2020, el presidente Sánchez dijo que había que mantener “el lavado de manos, la distancia entre las personas y el uso de las mascarillas”. ¿Por qué pasaron de ser innecesarias a imprescindibles? Porque en marzo de 2020 no había mascarillas para el público.
ES un fenómeno que se deberían tomar más en serio. Hace ya ocho años que el Arzobispado de Sevilla invitó a las asociaciones civiles cofradieras, popularmente conocidas como piratas, a iniciar los trámites partiendo de cero. Sin embargo, desde entonces, la situación no ha mejorado, sino que ha empeorado. Y está en el trance de ser todavía peor. Supongo que el arzobispo, don José Ángel Saiz, conoce bien este fenómeno. En su anterior destino, en la diócesis de Barcelona, han proliferado las procesiones civiles y las asociaciones piratas, no sólo de penitencia, sino también rocieras, al margen de los vínculos religiosos oficiales. En Barcelona, les echan las culpas a los curas, porque dicen que no les gustan las cofradías. Yo conozco a algunos obispos catalanes, y me consta que se vuelven encantados cuando vienen a Sevilla.
INDIGNACIÓN es el concepto que mejor resume lo sucedido en Barbate, tras la muerte de dos guardias civiles. La repercusión ha sido superior a otros antecedentes. Pero la indignación es como un fuego que arde y se apaga. A Grande Marlaska lo volvieron a reprobar ayer en el Congreso, tras romperse la mayoría denominada progresista. Ya le han pedido la dimisión seis veces y lo han reprobado tres. ¿Ustedes creen que le importa? Para ser efectivos en la lucha contra el narcotráfico y la delincuencia, hace falta sentido común, planificar las medidas necesarias, dotar de medios a los combatientes para ganar la batalla... Si se organiza una lucha, es para ganar, no para perder. Y el problema de fondo en Barbate, La Línea y las costas fronterizas gaditanas es que por ahora están ganando las mafias.