LA Feria del Libro de Cádiz ha terminado. A la hora del balance final, se ha destacado que contó con una buena asistencia de público, más de 18.000 personas. Aunque…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLA Este también existe, y no es lo mismo este que el otro. El otro pudiera ser Montequinto, que es otro lugar a donde se fue a vivir mucha gente. Los más rancios replican que Montequinto no es de Sevilla, sino de Dos Hermanas, aunque en la frontera. Pero entre…
AL organizar su XXI Congreso Nacional, el PP se presenta como alternativa de Gobierno. Se supone que Pedro Sánchez, en el plazo de un año (o menos), no tendrá más opción que dimitir o convocar elecciones. Para gobernar en España, el PP necesita reforzar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo.…
AL sanchismo que gobierna en España le gustan los espectáculos, aunque no los taurinos. Parece que los considera una afición propia de la ultraderecha. Al ser de la ultraderecha, no tiene derecho a la existencia. No vamos a entrar ahora en disquisiciones sobre la afición taurina de la izquierda, ni citar a José Bergamín, ni mucho menos poemas de Federico García Lorca, o incluso recordar a Rafael Alberti como novillero. Hoy en día, en contra de lo que el sanchismo supone, en España sigue existiendo afición a los toros. No sólo en Sevilla y el sur de Andalucía. En Madrid y en otras ciudades también, como lo demuestran los llenos en la plaza de toros de Las Ventas.
PARA Cádiz, su equipo de fútbol es más que un club. Es una de las tres C que conforman el arquetipo festivo de la ciudad. Con sus tópicos y sus curiosidades. Terminó una temporada en la que el Cádiz CF se ha reencontrado con la Segunda División. Aunque una parte de la afición tiene delirios de grandeza, la Segunda ha sido históricamente el lugar natural de Cádiz, que en el elenco de ciudades españolas no está entre las 20 más pobladas. Es cierto que la Bahía, junto con Jerez (donde no todos son cadistas, se supone), suma unos 700.000 habitantes. Y que esa es la cifra de Sevilla, según su padrón, que cuenta con dos equipos en Primera, uno de ellos finalista de la Conference League. Aunque Zaragoza tiene los mismos habitantes que Sevilla y ha estado a punto de ver a su club en Segunda B.
JUNIO se estrenaba con una mañana evocadora del agosto más férreo. Una mañana calurosa, que se desperezaba lenta, entre calles solitarias, con el presentimiento de que la ciudad estableció una sucursal en las playas de Matalascañas o Chipiona. Y, sin embargo, era una mañana eucarística, en la que cuatro procesiones, organizadas para el cumplimiento de enfermos e impedidos, recorrerían los barrios sevillanos: en San Lorenzo, en la Macarena de San Gil, en la Triana de la O, en el Porvenir. Puede que muchos piensen que es un anacronismo casi tridentino llevar la comunión a los enfermos. en estos tiempos, bajo palio de respeto y con banda de música. Pero es una costumbre que sigue viva.
UN ideólogo al que los marxistas de hoy en día han leído poco, Karl Marx, escribió que el trabajo es una actividad específica del individuo donde puede expresar su humanidad. En ningún momento escribió Marx que el trabajo es el opio del pueblo. Para Marx y los suyos el trabajo no era malo, sino bueno, y el problema a su juicio surge por las condiciones laborales del sistema capitalista y la alienación del asalariado. Para los partidos de izquierda marxista la solución de este dilema no pasaría por trabajar menos, sino por trabajar mejor, y de un modo más humano, para que las condiciones productivas sean positivas, contribuyendo así al bien social y el progreso.
SIEMPRE que se habla o escribe de Manuel de Falla aparece por algún lado que la gente lo considera granadino, a pesar de que nació y vivió sus primeros años en Cádiz. También salió, de pasada, este típico tópico en Unicaja, en la presentación del libro El árbol sonoro de Manuel de Falla, que ha escrito el poeta, musicólogo y académico gaditano José Ramón Ripoll, otro que gran parte de su carrera la ha hecho en Madrid. Para cualquier persona de la cultura gaditana lo peor que puede hacer es quedarse en Cádiz perpetuamente. Y eso valía también para Manuel de Falla, que no sólo vivió en Cádiz y en Granada, sino en otras ciudades y países que le dieron su universalidad.