LOS buenos gaditas se rasgan las vestiduras porque se van a quedar sin actividades en Carnaval y en Cuaresma. Pasa lo de siempre: está muy bien la prevención, yo la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ENTRE las medidas más discutidas y discutibles para frenar la pandemia están los aforos. En la práctica habitual se han convertido en un comecocos, y han degenerado ante la pasividad de las autoridades. De nada sirve que Juanma Moreno y Juan Marín eleven o disminuyan los aforos si después la…
HA llamado la atención que el nuevo presidente de los EEUU, Joe Biden, comenzó la jornada de su toma de posesión asistiendo a una misa en la Catedral católica de San Mateo, en Washington. No sé por qué ha llamado la atención, ya que Biden nunca ha ocultado sus creencias…
ESTAMOS en otro momento crucial para la temporada del coronavirus: cuando nos jugamos la tercera ola. ¡Ay, Rocío Jurado, cómo te recordamos con tantas olas! Cuando hay una media de 300 muertos al día en España (en primavera, con ese número de difuntos, aún estábamos encerrados), el ministro Salvador Illa sigue dando palos de ciego, lanza borradores navideños sin paracaídas para después recogerlos. Sin saber qué hacer: si aflojar, o restringir. Con las autonomías revueltas. Y con el público que se viene arriba. Miran hacia el horizonte de las vacunas, y no quieren perder el jolgorio de la Navidad. Los ayuntamientos andaluces inauguran luces de fiesta para el toque de queda. La Nochebuena viene y se irá, y nosotros nos iremos y no volveremos más. Veremos si en Andalucía se prohíbe el cante.
A propósito de Manuel de Falla, al que recordamos en esta semana coincidente con el aniversario de su fallecimiento (que se conmemoró el 23 de noviembre), es curioso rememorar sus relaciones con José María Pemán. En el Cádiz de la República, la Guerra Civil y la posguerra fueron dos grandes personajes culturales de la ciudad. Después Pemán ha sido linchado injustamente, por un revanchismo sectario y manipulador de la realidad. Así ha perdido el nombre del teatro que le fue dedicado en el Parque Genovés. En ese sentido, como recordé en el Palillero del miércoles pasado, Falla ha tenido más suerte. Gracias a su desapego político. Falla se autoexpulsó de aquella España cainita.
AHORA se habla de la Navidad, pero el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, ya ha puesto fechas: cuando pase el puente de la Inmaculada habrá una decisión sobre las llamadas Fiestas de Primavera. Cuando pase el puente de la Inmaculada nos van a dejar el calendario festivo que no lo va a conocer ni la madre que lo parió, que diría Alfonso Guerra, con su mentalidad de señor mayor. La gente, de momento, está asustada con las fiestas de invierno, con ese borrador que lanzaron sin paracaídas, en el que incluso se prohíbe cantar villancicos en las misas del Gallo. Capaces son de poner en los templos un cartelito de Prohibido el cante. Un poco de seriedad. Con las medidas del profesor Illa siempre hay sorpresas, ya no saben qué prohibir. O inventan cabalgatas estáticas, lo que de por sí resulta insólito, pues cabalgata viene de cabalgar, y es más difícil sin moverse.
EL insigne músico Manuel de Falla Matheu nació en Cádiz el 23 de noviembre de 1876 y falleció en Alta Gracia (Argentina) el 14 de noviembre de 1946. Noviembre es el mes vinculado a su nacimiento y su defunción. En noviembre, precisamente, se celebra el festival de música que le dedicó la Junta de Andalucía. Casi nunca ha despertado el interés que se merece, y este año se ha visto perjudicado por el coronavirus, que también ha sido letal para los eventos culturales. En noviembre, es costumbre que en Cádiz se acuerden de Manuel de Falla, al que se olvida el resto del año, aunque le dedicaron otro festival municipal, y su nombre sigue presente en un teatro, que no le han quitado, gracias a que se autoexilió en Argentina. Aunque José María Pemán estaba deseando que volviera a Cádiz, y no paró hasta conseguirlo después de muerto Falla. Ambos reposan en la Catedral gaditana.
LA política educativa de cierta izquierda (la más extremista) se basa en acabar con la enseñanza concertada, la asignatura de religión y el castellano (que en el resto del mundo se conoce como español) como lengua matriz del Estado. Sobre esto último me voy a centrar. Lo otro forma parte de unas posiciones sectarias, marxistas a ultranza, que aspiran a imponer. La gente debe entender que las mayorías en las urnas sirven para frenar abusos como éste, y blindar la democracia y las libertades frente a los arrumacos de Frankenstein. Para no pasar de Guatemala a Guatepeor. Pero me refería al español, que es la lengua de Guatemala, y sigue siendo la de España, lo que no impide que otros territorios tengan las suyas, y que se deban preservar. Sin cargarse a la de todos.