ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

AL iniciarse un nuevo curso (también político), y haber cumplido el paso del ecuador de su mandato, es natural que en Cádiz se evalúe la gestión del alcalde, Bruno García. Con el morbo añadido de que ganó las elecciones municipales de 2023 por un solo concejal, con lo cual se supone que en 2027 lo tendrá complicado. Aunque peor lo puede tener la oposición, después de comprobarse que su aportación al progreso de Cádiz es ninguna, ya que se limitan a quejarse. En este periodo, el alcalde ha mostrado su cara más agradable y también su cruz. Con lo cual se concluye que será el favorito para ganar en 2027, pero debe tener cuidado para no complicarse él mismo.
DECIAMOS ayer que los toldos de la Avenida no han satisfecho las expectativas. Pero, al menos, han servido para poner de actualidad algo que parecía tabú: la supuesta peatonalidad de dicha Avenida. El alcalde, José Luis Sanz, se ha mostrado partidario de la supresión del carril de bicicletas y patinetes. Y es cierto que, en la actualidad, ese carril origina un alto riesgo para los peatones, porque está mal marcado. Los forasteros no iniciados en la carrilera sevillana no captan que eso sea un espacio reservado para que las bicicletas y patinetes circulen por una Avenida en teoría peatonal, por la que también va un tranvía en dos direcciones: hacia la Plaza Nueva y hacia la Puerta Jerez.
EN Cádiz habrá pocos espacios para nuevos proyectos, comparada con otras ciudades, pero padece algunos desperdicios vergonzosos. Un ejemplo es el paseo de Santa Bárbara. Ubicado en uno de los enclaves de privilegio de la capital gaditana. Está en la trasera del Parque Genovés y en la prolongación del frente marítimo desde la Alameda al Campo de las Balas y la Caleta. Debería ser un paseo muy frecuentado y apacible para los gaditanos. Sin embargo, no lo es. Todo lo contrario. Pocos pasean por allí. Tras varias intentonas fallidas, parece que el alcalde, Bruno García, se lo ha tomado en serio. Se ha anunciado que una empresa de Ávila va a realizar el proyecto de mejoras. Por valor de casi un millón de euros.
DIGAN lo que digan nuestros políticos y nuestros meteorólogos, el verano se acaba cuando comienza el curso escolar. Al volver los niños al colegio, cambia el mundo cotidiano para millones de personas. Se notará en las playas andaluzas, donde a partir del comienzo del colegio ya no se ven niños por las mañanas. Y en ciudades como Sevilla también, porque los abuelos y abuelas ya no llevan a sus nietos y nietas por las mañanas a los parques, a los columpios y los toboganes, que es una forma de conciliar de la que poco se habla. Cuando septiembre avanza, las calores ya no son tema de portada en los diarios ni en los telediarios, y parece como que el calentamiento se enfría un poco, hasta que llegue el veranillo del membrillo y las corridas de la feria de San Miguel, que marcan el gori gori estival definitivo.
ANTES a los niños les gustaba hacerse fotos con sus ídolos. Así Iván tenía una con Leo Messi, o Jonathan con Cristiano Ronaldo. Aún antes, Pepito y Paquito se las hacían con Di Stéfano o Kubala. Cada tiempo tiene sus ídolos. Y ahora vamos a peor: han puesto de moda las fotos con Puigdemont. Preferiblemente, en Waterloo o en Bruselas. Entre los últimos que se las hicieron, está Salvador Illa, presidente de la Generalitat, que además es correveidile de don Pedro; y también se la hizo el abad de Montserrat, mosén Manel Gasch, que pasaba por allí y aprovechó la ocasión.