CANTABA Lucho Gatica que la distancia es el olvido. Y después lo han cantado muchos más, en diferentes versiones. Pero no hace falta recurrir al bolero para dar el cante.…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLA es una ciudad polarizada en lo futbolístico. La rivalidad entre Sevilla y Betis (o a la inversa) se traslada incluso al cartel de la Cabalgata de los Reyes Magos, obra de Fernando Vaquero. En ese contexto, se ha consolidado la tercera vía del fútbol sevillano: el estadio de La…
PARA la diócesis de Cádiz y Ceuta es una buena noticia que uno de los dos obispos auxiliares de Sevilla, Ramón Darío Valdivia Giménez, haya sido nombrado administrador apostólico. Por dos motivos, principalmente. El primero es que por fin la Santa Sede admite la renuncia que el obispo Rafael Zornoza…

ESTA sí que es una especie en extinción. El albañil gaditano se está perdiendo. A diferencia del estibador (que está a pique del repique de un multazo de Bruselas), el albañil no tiene quien le escriba. Todavía se ha quedado más fastidiado después de la crisis de la construcción. Como las obras públicas apenas se ven, y aquí se jubila o se prejubila todo el que puede (incluso a los 50 años, que manda huevos), la tradicional estampa del albañil gaditano se está perdiendo. De paso, también se pierde la tradicional estampa de quienes los miraban al trabajar y comentaban: “¿Pues sabe usted lo que le digo yo? Que ese ladrillo lo ha puesto mal”.
UN gaditano (o una gaditana) que no haya triunfado en Madrid, o como mínimo en Sevilla, no está bien valorado en Cádiz. Será considerado como un talento malogrado. ¿Por qué? Por un complejo de inferioridad muy arraigado, según el cual todo lo de fuera es mejor y todo lo de Cádiz es peor. Forma parte de la identidad local y provincial. Así se ha visto en las Medallas de la Provincia. La Diputación ha concedido ocho. De ellas, seis a entidades: Cámara de Comercio de Jerez, Astillero de Navantia en Cádiz, Cofradía de Pescadores de Conil, Canal Sur en Cádiz, Proyecto Hombre de la Provincia y Unidad de Hematología del SAS en Jerez. Y sólo la recibirán dos personas físicas: Monchi y Manuel Ravina. Esto es, dos gaditanos que trabajan y triunfan… en Sevilla.
ME ha gustado mucho esa foto de nuestro alcalde Kichi, el de Podemos, abrazando a Jesús Maeztu, el Defensor del Pueblo Andaluz. Con esa foto, y con la de la penitencia del Nazareno del año pasado, se nota que él no es tan rencoroso como Pablo Iglesias, ese hombre que tan poco honor hace a su apellido. Jesús Maeztu, en los años de la Transición, fue párroco en el Cerro del Moro, donde desarrolló una gran labor. Muchas personas no lo saben, o lo han olvidado (y a los jóvenes se lo cuentan manipulado), pero en los años de la Transición, la izquierda gaditana se nutrió, en una parte, del clero y de los seminaristas.
EN este país tenemos democracia y libertad, por lo que cada cual puede hacer lo que quiera dentro de un orden. También mostrar en público sus simpatías o sus antipatías. Sin embargo, nuestros actos son nuestra responsabilidad y pueden tener consecuencias. Fue Alfonso Guerra, un ilustre socialista, de amplísimo pedigrí, quien recordó que aquel que se mueva no sale en la foto. Y eso también se sabe en el PSOE (como en los demás partidos) desde hace tiempo. Así que al salir en la foto Fran González, con el puño en alto, al lado de Pedro Sánchez, eso también puede tener consecuencias. Tantas que ese puño le puede hacer la puñeta. O no, depende.
ALGUNOS piensan que será fácil, que Susana Díaz se convertirá en la lideresa del PSOE. Como ya ha confirmado que se presenta (a lo justo para fastidiar el mitin de Pedro Sánchez en Cádiz) ha llegado el momento de buscarle sucesión. Aunque lo más sensato sería que siga en la presidencia de la Junta de Andalucía. Al menos, mientras no tenga unas elecciones generales en el horizonte. Aquí es razonablemente feliz. Aquí discute con Juanma Moreno el del PP y con Teresa Rodríguez la de Podemos, un poco menos con Antonio Maíllo el de IU (que en tiempos aún cercanos gobernaba con el PSOE) y casi nada con Juan Marín el de Ciudadanos, que le brinda su apoyo. Todos son actores secundarios en la política nacional, donde no conseguirían un Goya de premio. Susana tampoco es diputada del Congreso y no puede sostener tensos debates con Mariano Rajoy ni con Pablo Iglesias.