HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
l Hay diferentes teorías para ver y sentir la Semana Santa, que cada cual renueva a su modo l Los itinerarios son propios y se fabrican entre la nostalgia del pasado y la novedad
HAY una Semana Santa personal e intransferible que tiene sus propios lugares recomendados. Podemos leer diversas visiones de la Semana Santa antigua, como las que nos describieron Antonio Núñez de Herrera, Joaquín Romero Murube, Joseph Peyré, Eugenio Noel, el padre Ramón Cué, Santiago Montoto, Rafael Montesinos, y más cercanamente Antonio Burgos o Carlos Colón. Podemos empaparnos de las historias de Félix González de León y José Bermejo, de los anales y diccionarios de Juan Carrero, de tantos y tantos libros que se han escrito y aportan visiones literarias o históricas de la Semana Santa. Pero, en la nostalgia de cada cual, en los recuerdos más entrañables, todos tenemos la nuestra. Quizás influidas por otras, pero sólo vividas por cada persona.
EN un extremo de Europa, lejos de trompetas y tambores, a solas con el silencio elocuente de la muerte, hoy Bucha es el símbolo de otro Viernes de Dolores. Vladimir Putin se ha puesto a la altura de los principales criminales de guerra contemporáneos. Los soldados de Rusia han vuelto a cubrir de sangre la historia de su país. Han vuelto el horror, la barbarie, el martirio de los inocentes a manos de los poderosos. Han vuelto a escribir la leyenda del hombre lobo para el hombre, que enunció Hobbes en el siglo XVII. Después llegarían muchas guerras, dos de ellas mundiales. Ha pasado menos de un siglo desde Auschwitz y Treblinka y otros campos de exterminio, desde las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, desde Pearl Harbor, desde las torturas de Stalin. O, sin ir tan lejos, desde los fusilamientos franquistas en la plaza de toros de Badajoz o la matanza comunista en Paracuellos. Ahora Bucha se suma a una lista negra, que durante los últimos años siguió creciendo, con guerras a veces olvidadas y con tiranías a veces justificadas por falsos demócratas.
EL pasado sábado (o sea en la víspera del Pregón de la Semana Santa) muchas personas se vieron sorprendidas por una procesión en el centro de Sevilla. En este caso se trataba de la Abnegación de San Bernardo, una salida procesional con orígenes en una cruz de mayo que comenzó hace 30 años. La procesión estaba organizada por la Asociación Cultural Cofrade (sic) que la sustenta. El paso, en madera de carpintería, ya no llevaba sólo al Señor con iconografía de Cautivo, como otros años, sino que ahora es un misterio con siete imágenes. Las seis figuras secundarias han sido realizadas por el imaginero Ramón Martín y se estrenaban este año. Era una procesión tipo vísperas incipiente, con todos sus avíos. Pero que no tiene papeles eclesiásticos y sólo está autorizada por lo civil.
EN algunas camisetas para guiris y gaditas, se leía aquello: “Lo siento, pisha, no to er mundo puede ser de Cai”. Con tal mensaje se resaltaba el orgullo local. Sin embargo, no está tan claro quién es gaditano o gaditana. ¿Los que han nacido en Cádiz, aunque no vengan nunca? ¿Los que residen aquí desde hace medio siglo, pero tuvieron la desgracia de que la cigüeña los depositara en otro sitio equivocado? ¿Los que ni siquiera viven en Cádiz, ni han nacido aquí, pero la aman con un amor verdadero, como si fueran comparsistas viñeros? Hay hijos adoptivos que parecen predilectos, y a la inversa, y hay hijos de su madre y de su padre, o de lo que sea. Con los gaditanos también sucede. Así estamos viendo que llegan y compran casas algunos gaditanos de espíritu, herederos de Hércules y los fenicios, que viven en Cádiz como segunda opción. Es decir, sólo en vacaciones y algunos días del año.
El Pregón de Julio Cuesta fue muy de Julio Cuesta, muy suyo, muy como es él. Pregón de contenido profundo, nada superficial. Pregón reflexivo, muy del momento. Pregón cristiano, y también comprometido, como se suele decir, entrando en terrenos difíciles, y sin aliviarse. Pregón muy sevillano, pero no desde el casticismo, sino de la Sevilla Universal y heroica, la que dio la vuelta al mundo y conquistó América, la de su barrio del Arenal y de Triana con la pequeña catedral del Baratillo, la del pueblo que sabe guardar las formas. Pregón muy de la familia, en la que estuvieron presentes Carmen, su esposa, y también sus padres, sus hijos, sus nietos, con los que recordó sus vivencias. Pregón bien dicho, según se esperaba de un buen orador como es él, que habló con sosiego, y no necesitó alardes histriónicos para buscar aplausos fáciles.