EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLANOS y sevillanas, titulares de casetas y de carruajes, votantes todos: la Feria ha terminado. Aquí había más gente que en la plaza de Oriente. Aunque no todos habían llegado en autobuses, porque a ciertas horas parecía imposible. Ahora estamos en la semana después. Ahora estamos en la semana de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
LA Catedral de Cádiz cumplió tres siglos el pasado martes, 3 de mayo. Todavía no la han trasladado a otra localidad de la provincia, que por cierto tiene dos diócesis: la de Cádiz y Ceuta y la de Jerez-Asidonia. La Catedral es el primer templo diocesano. Sus obras fueron largas, tanto que todavía no han acabado. Faltan varios espacios previstos. Además de la linterna que remataría la cúpula. La Junta de Andalucía incluso aprobó el proyecto de la linterna en la restauración de Juan Jiménez Mata, pero el Ayuntamiento no dio licencia (cuando era alcaldesa Teófila Martínez), por considerarlo inapropiado. Desde luego, lo primordial es conservar bien la Catedral, que deja mucho que desear. Y no ya por falta de interés del Obispado, sino por el mal de la piedra y sus costosos y constantes arreglos derivados.
A la gente le gusta quejarse y protestar. Esto no lo han inventado los sindicatos de clase ni el sindicato de Vox, sino que lo aprenden los bebés desde que nacen. “El que no llora, no mama”, advierte el rico refranero español. Con la Feria de Sevilla pasa lo mismo. En 2023 cumplirá medio siglo desde el traslado al real de Los Remedios. Pero lo curioso es que los vecinos de Los Remedios llevan medio siglo quejándose por el traslado de la Feria y en 2023 lo quieren celebrar. Precisamente, cuando la gente se queja por las bullas de este año, y los partidarios de cambios insinúan que se debería mudar otra vez, al Charco de la Pava, o a meterse en otro charco, donde sea.
LOS franciscanos han anunciado que se irán del convento gaditano de San Francisco a partir del 1 de septiembre. Al parecer, atenderán la iglesia con frailes de su convento de Chipiona. Es una noticia triste. No sólo para los creyentes católicos, sino también para los ateos. Porque es un síntoma más de la decadencia de la ciudad. Se van los franciscanos, se fueron los jesuitas, se fueron los mercedarios, y los carmelitas se quedaron en San Fernando, como Zara y Massimo Dutti. Ya sé que parece una herejía, pero es la realidad. Se van los frailes porque escasean las vocaciones, y hoy en día muy pocos jóvenes quieren renunciar a las libertades mundanas para ser frailes. Pero también se van porque su permanencia en Cádiz es ruinosa. Todavía no se han ido de ciudades donde hay más actividad económica y más participación religiosa.
POR un puñado de votos (y pocos escaños) se va a decidir el próximo Gobierno andaluz. Eso condiciona todo, hasta la elección de la fecha electoral del 19 de junio, la menos mala para Juanma Moreno. Ha tenido en cuenta las encuestas, incluso la coincidencia el 19 de junio con las elecciones legislativas francesas, donde otra vez se votará entre el centrismo de Macron o el extremismo de Le Pen, con una izquierda decadente y divida. Un escenario similar. En Andalucía, el discurso de las líneas rojas se puede aplicar a la ultraderecha, pero también a la ultraizquierda anti OTAN, que ya no sabe qué hacer para camuflar su plumero putinesco de nostalgia ruso/soviética.
YA nadie dice que Cádiz no tiene fiestas, como en los tiempos de Paco Alba. Por el contrario, en Cádiz, cuando no hay una fiesta, se inventan dos. Es una pena que Ernest Hemingway, que fue un gran amante de España y sus tradiciones (incluidos los toros, como tantos republicanos) no escribiera un libro titulado Cádiz era una fiesta. Se lo dedicó a París, donde vivió un tiempo en el que fue “pobre pero feliz”. En su primera novela, titulada Fiesta en español (en inglés The sun also rises), aparece su querida Pamplona con los sanfermines, pero no nuestro Carnaval. Peor para él. Si se escribe de fiestas, no se puede olvidar a Cádiz. Vengan y vean cómo vamos a celebrar el 1 de mayo: con los hoteles llenos y todo a tutiplén.