A muchos gaditanos y gaditanas les importa poco que se pierdan dos o tres hoteles por el camino de la burocracia. Pero se formaría la marimorena si se perdiera una…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLA fue la clave para la renovación del PSOE. En Suresnes 74 empezó todo, cuando el compañero Isidoro salió a hombros como el mesías del futuro. Entonces se dijo lo mismo que dicen ahora los sanchistas: que los viejos estaban chocheando. Los jovencitos renovadores se quedaron con las siglas del…
ADVERTI el pasado domingo que el lunes sería el día del teatro. Engañó a la ciudadanía, fingiendo una tragedia. El equívoco siguió hasta el último minuto, con la visita al Rey y la puesta en escena de la Moncloa. ¿Para qué? Para convertir la tragedia en farsa. La ciudadanía se…
EL franquismo no ha vuelto, pero sí su modus operandi. Algunos oráculos de la fachosfera lo habían alertado. Durante las noches de reflexión, permanecía encendida la lucecita del palacio de la Moncloa hasta altas horas, y tenía un sospechoso parecido con la lucecita del palacio del Pardo. Son las horas de los fantasmas. Desde el lunes, tenemos un nuevo caudillo, que va por ahí gritando: “Españoles y españolas, la regeneración ha comenzado”. En este país se suele buscar un enemigo para regenerarlo o purgarlo, para eliminarlo, porque este país se divide en los buenos y los malos desde el siglo XIX. Y así justifican las barbaridades. Lo peligroso no es la farsa del Gran Actor, sino las amenazas.
EL franquismo no ha vuelto, pero sí su modus operandi. Algunos oráculos de la fachosfera lo habían alertado. Durante las noches de reflexión, permanecía encendida la lucecita del palacio de la Moncloa hasta altas horas, y tenía un sospechoso parecido con la lucecita del palacio del Pardo. Son las horas de los fantasmas. Desde el lunes, tenemos un nuevo caudillo, que va por ahí gritando: “Españoles y españolas, la regeneración ha comenzado”. En este país se suele buscar un enemigo para regenerarlo o purgarlo, para eliminarlo, porque este país se divide en los buenos y los malos desde el siglo XIX. Y así justifican las barbaridades. Lo peligroso no es la farsa del Gran Actor, sino las amenazas.
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada prosa, cuyo mejor novela a mi entender es La ruina del cielo. En ese libro se lee: “Buena tierra para que a uno no le hiriese el esplendor con sus falsos brillos y para compartir la caída de lo que en la vida se acumula como peso de la desgracia”. Y lo califica como “reino de la nada”. Pero no se refería a Moncloa. Díez inventó Celama, como García Márquez inventó Macondo, o Benet inventó Región. Pedro Sánchez ha inventado Moncloa, que es su territorio de ficción.
LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso X el Sabio. Aunque no haya sido hostelero, bailaor, ni presidente de una asociación de vecinos, a ver si le encontramos una glorieta, barreduela, callejón o rinconcillo para la próxima vez. O incluso algo mejor. Este rey no era franquista, sino que fue el conquistador de la ciudad en 1262. Aparte de eso, como su nombre indica, era un sabio. No voy a recordar su ilustre currículo. Un gran experto en los temas alfonsíes es Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la UCA, que defiende su memoria histórica como director de la Cátedra de Alfonso X el Sabio, y como autor de infinidad de publicaciones. A su sabiduría alfonsí me remito.
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de Gobierno. La mala es que se comporta con una chulería y grosería impropias de un alto cargo institucional. Es un señor de Valladolid que saltó a la fama como dóberman de Pedro Sánchez en el debate de la fallida investidura de Feijóo. Desde entonces, el presidente lo utiliza para que diga lo que otros socialistas callan. Y, como no tiene remilgos, y le importa un pito pito gorgorito lo que piensen los demás, va soltando lo de trazo grueso. Así ha dicho que el AVE a Huelva, como el de Cádiz, no se hace porque no sería rentable. Y no lo dice por ocurrencia, sino porque las inversiones en AVE van a disminuir.