PODRÍA escribir (y lo escribo) que el alcalde Bruno progresa adecuadamente, en materia de iluminación navideña en Cádiz. Puede que la de este año sea la mejor del siglo XXI,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
TENER un hijo es más difícil que escribir un libro y plantar un árbol, en los tiempos que vivimos. Antes no, antes España era diferente. Era un país de reprimidos y reprimidas, según decían los progres de los años 80, que hicieron la revolución sexual con 15 años de retraso…
UNO de los motivos por los que Pedro Sánchez consiguió la presidencia del Gobierno fue el miedo a Vox. La posibilidad de que Alberto Núñez Feijóo necesitara un pacto con Vox para gobernar, según auguraban las encuestas, impulsó el voto del miedo, con una movilización del electorado socialista. Y quizás…

APROVECHANDO que hoy se celebra la segunda y última Noche Blanca (que comenzó ayer) se podrán visitar iglesias, el Museo y algunos lugares de mucho arte que existen en Cádiz. Es una bonita iniciativa de Cádiz Ilustrada, a beneficio de la Santa Caridad. Sirve para que mucha gente vea (incluso formando colas) lo que no se les ocurre ver otros días del año. Pues aprovechando, y recomendando esta Noche Blanca, me voy a referir a unos museos gaditanos imposibles. Por supuesto, no los podrán ver hoy. Y creo que el año que viene tampoco.
BUENA polémica internacional han formado concediendo el Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan. Muchos eruditos se han rasgado las vestiduras, por haber otorgado el prestigioso galardón a un cantante. Reducir a Bob Dylan a esa consideración es incorrecto, porque él siempre ha sido un cantautor con glamour literario. ¿Y además de qué se extrañan ustedes? En España, el libro de poesía más vendido en los últimos meses no era de Góngora, ni siquiera de Luis García Montero, sino Mujer océano, de Vanesa Martín. Esta cantante no es lo que se conoce como una poetisa pura y dura, ni estaba tan considerada como Joaquín Sabina. Así que el Nobel de Bob Dylan encaja con lo que se pretendía: es una operación de marketing.
LA buena gente está decepcionada con la nueva política que han puesto de moda los nuevos partidos, a la que se han sumado los viejos partidos de la vieja política, que ahora quieren ser tan nuevos y tan modernos como el que más. Por ello, están dispuestos a destrozarse, y después a reorganizarse, refundarse, o lo que hiciera falta. Un nuevo PSOE y un nuevo PP, con otros nombres más poéticos, convertirían en viejos a Podemos y Ciudadanos, que también deberían refundarse para ser más modernos. Y así seguirían. Pues la novedad era eso; o sea, nada.
ESTO no es como el huevo y la gallina. Lo primero fue el huevo de Colón, te guste o no. Si Cristóbal Colón no hubiera descubierto América, en Cádiz nadie podría celebrar el Tricentenario del Traslado de la Casa de la Contratación en 2017. Básicamente, porque no se hubiera contratado nada en las Indias. Si Hernán Cortés no hubiera conquistado México, no sé cómo iban a llegar los galeones a Veracruz. Sin embarcar el oro y la plata en Cartagena de Indias, sería inexplicable que los comerciantes gaditanos del siglo XVIII fueran tan ricos, y que vinieran aquí franceses, holandeses, alemanes o italianos para hacer negocios con América. Si la conquista sólo hubiera sido un genocidio, los ilustrados de Cádiz se enriquecieron con sus beneficios, y los naturales de otras naciones europeas (que vinieron a invertir sus capitales) tampoco serían inocentes.
NO es cierto que las cofradías de Cádiz hayan tensado las relaciones con el Ayuntamiento que encabeza José María González Santos, después del plantón para el Voto de la Patrona y la negativa a imponer la Medalla de la Ciudad al Nazareno. Lo que sucede es que son dos gotitas más para rebosar el vaso del desprecio que están sufriendo. Sobre este asunto ya he escrito varios artículos, incluso antes de las elecciones municipales de 2015, cuando alerté que para las cofradías y la Semana Santa no sería igual si ganaban unos u otros. Entonces algunos dijeron que era alarmismo, y que no iba a pasar como en la Segunda República. Por supuesto que no, pero el origen del odio es igual: no es el laicismo, entendido como neutralidad ante la religión católica, sino esa actitud anticlerical que aún mantiene una cierta izquierda casposa. Que, además, es revanchista.