UNA nutrida concentración de personas prestaba colorido a la mañana del domingo en los alrededores del Palacio de Congresos. Evidente expectación. ¿Otra Cumbre Iberoamericana, como en el 2012, pero con Maduro quizá? ¿Una visita sorpresa de Puigdemont? No, el sorteo del COAC, el concurso del Carnaval de 2018. Y lo presentó el rey Melchor, digo Enrique Miranda. El honor de abrir el COAC le corresponderá a ‘La sonrisa de Dios’ (una comparsa sevillana de Alvarado). A continuación, la chirigota ‘La familia Verdugo’. El primer día, que será el martes 9 de enero, no cantará ningún coro. Y el segundo, tampoco. Los demás, sí.

TOQUEMOS madera, porque noviembre, el mes de los Difuntos, se ha embalado. Ayer se conoció otra triste noticia: el fallecimiento de la Uchi. Si María del Carmen Gutiérrez Carrera hubiera vivido en Mondoñedo, en Irún, o en Palamós, su vida y su muerte sólo hubieran interesado a su familia y personas más allegadas. Sin embargo, la Uchi era gaditana, del barrio de La Viña, y la conocía casi todo el mundo en Cádiz. No era un personaje político, ni de relevante notoriedad en la ciudad, pero se le tenía aprecio, y cariño, con esa ternura que unas personas despiertan y otras no. Ella sí. En otra ciudad no se entendería que el alcalde, al que llaman Kichi, diga que “la ciudad está de luto” por la muerte de la Uchi. Pero, en Cádiz, sí.

EL fallecimiento de María de la O Jiménez es una noticia triste, que nos hace pensar en su esfuerzo para luchar contra el cáncer que padeció, pero también en su capacidad para volver a ser ella misma en las dificultades. Después de haber alcanzado una cuota alta de protagonismo en la política gaditana, supo cambiar su vida en la adversidad, regresar a su Sevilla natal, asumir otras funciones y no mirar atrás, hacia lo que había sido su mundo durante una década. Para el PSOE gaditano ya lo había dado todo: acudió al sacrificio en unas circunstancias muy adversas. Algunos pensaron que había sido una decisión equivocada del partido, por quemarla para nada, pero en ese momento fue la apuesta que les pareció más oportuna para pelear en inferioridad contra Teófila.

FALTA menos. Apenas queda un año y medio para las próximas elecciones municipales. En Cádiz no se dan las condiciones para una moción de censura. Piensan que el alcalde González y su grupo de Podemos serán censurados en las urnas por su propio peso. Me parece absurdo valorar las encuestas que por ahí circulan, teniendo en cuenta que en Cádiz sólo acertaban cuando eran fáciles, cuando Teófila Martínez mantenía la mayoría absoluta. Cádiz es imprevisible, a la vista está. Pero es curioso anotar que la actual oposición municipal ejerce su labor con resignación, conformismo y peleítas esporádicas. En los partidos no tienen las ideas claras.

PARA ser perfecto, al soterramiento que ha defendido Ignacio Romaní (en nombre del PP) le ha faltado el Metro de Cádiz. Entre los proyectos que la Junta de Andalucía vendió en aquellos tiempos de las vacas gordas, siendo presidente Manuel Chaves, había de todo. Prometieron cinco líneas de Metro en Sevilla (de las que sólo funciona la primera), así como otros metros en Málaga y Granada (que también fueron a menos). A Cádiz, por el contrario, le prometieron dos líneas del tranvía de la Bahía (una a Chiclana y otra a Jerez), pero todavía no se ha visto nada, ni obra alguna en la ciudad, ya que el tranvía de Chiclana utilizará la vía del tren.