ALGUNOS creen que el sanchismo va con faldas y a lo loco. Y creen que Pedro Sánchez sólo resistirá hasta donde pueda, dando palos de ciego. Sin embargo, el presidente del Gobierno tiene una estrategia para seguirlo siendo. Pasa por resistir hasta 2026, y ayudar a que en los próximos meses las encuestas disparen a Vox como el partido que capitaliza el descontento. La última encuesta del CIS (que sube al partido de Abascal hasta el entorno del 20% de los votos y pinta a un PP en descenso) va en esa línea tan evidente. El miedo a la ultraderecha y el voto catalán son los únicos recursos que le quedan al sanchismo, tras decepcionar a las mujeres.
AL organizar su XXI Congreso Nacional, el PP se presenta como alternativa de Gobierno. Se supone que Pedro Sánchez, en el plazo de un año (o menos), no tendrá más opción que dimitir o convocar elecciones. Para gobernar en España, el PP necesita reforzar el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo. Pero aún más elemental es que solucione dos problemas que tiene pendientes: el centro y los catalanes. Y que son los que le permitirían gobernar en solitario, sin necesidad de formar una coalición con Vox. Como sucede en Andalucía, y también en Galicia y en Madrid.
HUBO un tiempo en el que algunos escritores ganaron el Premio Nobel de Literatura gracias a sus obras de teatro. No eran tiempos tan recios como los actuales, en los que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha convertido en el mejor autor de sainetes y esperpentos. Pues bien, un autor de teatro muy famoso fue Samuel Beckett, uno de los padres del existencialismo. Ganó el Premio Nobel de Literatura en 1969. Su obra más famosa es Esperando a Godot, que hoy se podría traducir al catalán como Esperant Puigdemont.
HASTA el portavoz de los obispos ha pedido que convoque elecciones. En la Moncloa se han enfadado. ¿No decían que León XIV es progresista? ¿Y los obispos son de ultraderecha? España sigue siendo un país católico. Menos, pero lo sigue siendo. Si creemos las encuestas del CIS, que son materia de fe, en enero de 2025, el 56,6% de los españoles se declaraban católicos, si bien de ellos sólo el 19,5% afirma que son practicantes. Casi todos los medios progresistas titularon la noticia: Sólo el 19,5% de los españoles son católicos practicantes. En vez de titular con otro dato, que también salía: Sólo el 15,1% de los españoles se declara ateo. O incluso con otro curioso: Sólo el 4,4% de los españoles se declara creyente de una religión diferente a la católica. Se titule como se titule, los católicos siguen teniendo la mayoría absoluta, pues el 56,6% lo es. Pedro Sánchez ha pedido perdón. Posiblemente, sabe que Dios perdona los pecados.
SEGUIMOS con los Festivales de España. El jueves se representó el esperpento Fuego en la Moncloa. Locos de contentos estaban en la Moncloa, festejando los siete puntos de ventaja que le concedía la encuesta del CIS al PSOE de Pedro Sánchez (no reírse todavía), cuando alguien dio la voz de alarma: “¡En la cocina huele a chamusquina!”. “Será por el pucherazo”, pensó un asesor. Alguien le contó que una manita inocente, al menor descuido, metía papeletas del jefe en una urna. ¿Y fue entonces cuando se quemaron las manos de algunos? ¿De los inocentes que dijeron “yo pongo la mano en el fuego por Santos Cerdán”? Ay, María Jesús, ¿para qué pones la mano? ¿Tú sabes lo que hacen con las manitas, cuando nadie los ve?