NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ALGUNOS miembros de la cultura progresista no lo han querido decir en público. Pero, en privado, están insinuando que el Premio Cervantes, máximo galardón de las Letras hispanas, considerado el Nobel literario español, se ha convertido en un premio patriarcal. No lo critican en público, porque el premio (aunque en…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

TANTO duplicar las palabras, tanto hablar de ellos y ellas, y de las socialistas y los socios listos, para que llegue Joe Biden (el presidente más feminista de la historia de los EEUU, que iba a ceder el cargo pronto a su vicepresidenta Kamala Harris), y deje tiradas y sin futuro a las niñas afganas. Eso están diciendo algunos y algunas, porque ha sentado fatal lo ocurrido en Afganistán con los talibanes. El presidente Biden huye a lo loco. Y con un feroz atentado terrorista para despedirlo con muertos. Sin tener en cuenta que en ese país se quedan criaturitas, ahora condenadas a llevar el burka de por vida, a estar sometidas a sus señores machos, a no estudiar ni conducir ni bañarse en público. Y es verdad que ya no estamos en el tiempo de las cruzadas, ni vamos a reconquistar Jerusalén, ni a recuperar Constantinopla. Pero salir así de Afganistán hubiera sido impensable con la familia Bush, pongo por caso.
POCO a poco, Cádiz se nos está cubanizando del todo, sin que nos demos cuenta. No me refiero sólo a la cuestión política, del camarada Kichi y su compay segundo Martín Vila, que serían como los hermanos Fidel y Raúl Castro en versión gaditana, ni a las semejanzas del Paseo del Malecón con el Campo del Sur, las fotos de Kiki, las Habaneras de Antonio Burgos y Carlos Cano, y todo eso que forma parte del mito de Cádiz como La Habana. Me refiero a la falta de inversiones municipales (aunque también privadas) y al deterioro. La degradación de los edificios, las tiendas cerradas, las calles pringosas, los mobiliarios urbanos desvencijados… Todo eso nos sumerge en el túnel del tiempo.
EN este país las vacaciones de verano son sagradas. En otros países las vacaciones no se concentran en agosto. Antes de la pandemia te encontrabas grupos de turistas chinos en febrero o en octubre. “Tienen costumbres raras, como su año nuevo chino, o sus fiestas de la revolución de octubre”, nos explicaban. No es como aquí, que cristianaron los solsticios, y el año dura un año, y los santos se celebran en sus días, y la Virgen marca el puente de agosto, cuando sólo trabajan los camareros y las kellys. Y así hasta el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se fue de vacaciones a Lanzarote, y pasó de todo, y dejaron de ministro de guardia a Fernando Grande-Marlaska, que lo mismo devolvía menores a Marruecos (de donde vinieron engañados para ver a Cristiano Ronaldo en Ceuta, según dijeron entonces) que soltaba unas palabritas sobre el incendio de Ávila o cualquier desgracia que ocurriera.
LAS residencias de mayores vuelven a ser un foco de mortalidad en la pandemia del Covid en España. Sólo en la semana pasada murieron 150 ancianos en las residencias. En marzo, el Gobierno confirmó la defunción de 29.408 mayores de estos centros en el primer año de la pandemia. Fueron los primeros en vacunarse, lo que parecía justo y necesario. Tras las vacunaciones creímos que era un problema resuelto. Sin embargo, desde el 1 de abril al 30 de junio fallecieron 349 ancianos por Covid en residencias, según fuentes oficiales. Y en la última semana han registrado 150 muertos. No es igual que en el primer año de la pandemia, pero algo está fallando. Centenar y medio de muertos no es una anécdota.
VUELVO a decir que uno de los principales problemas de Cádiz, quizás el mayor, es la falta de ideas claras. En la carta o manifiesto que el alcalde de Cádiz, José María González Santos, ha enviado al ministro José Luis Escrivá le pide que vengan afganas y afganos a la ciudad, lo que es muy solidario, y también que establezca “corredores seguros” para las salidas de ese país. Si el ministro Escrivá no es capaz ni de poner en marcha el ingreso mínimo vital, no sé cómo va a establecer corredores seguros con Afganistán, que está lejos de la Caleta, pero bueno lo puede intentar, aunque los talibanes se rían. Sin embargo, lo más curioso de la carta es que Kichi dice también: “Somos una tierra castigada por el paro y el desempleo al que nos siguen sometiendo, pero al mismo tiempo somos una tierra hospitalaria, abierta, inclusiva y solidaria”.