ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EL Gobierno de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tiene como objetivo perpetuarse en el poder. No se trata sólo de que la legislatura dure los cuatro años, sino seguir, seguir y seguir. Incluso superar la permanencia de Felipe González durante más de 13 años. Para ello, a falta de una buena gestión (es imposible), tienen como estrategia volver al enfrentamiento de las dos Españas. Ojo: no es una casualidad, sino una causalidad, una intención evidente. Creen que con las dos Españas a la greña llevarán las de ganar, porque recuperarían a personas izquierdistas que ya están desencantadas. Para ello, necesitan agitar los fantasmas de Franco y su tiempo, atacar a la Monarquía y mitificar la República, aprovecharse de la división entre ricos y pobres en vez de corregirla... Buscar la fantasía, ya que la realidad de sus fracasos es muy dura.
ESTE Juan Carlos al que me refiero no es el emérito, sino el demérito. Es decir, el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo. Aunque nacido en Osuna (Sevilla) se le considera gaditano como tú, por méritos propios, y un representante de la provincia, que consiguió otro ministerio, como Fernando Grande-Marlaska, que fue representante de la provincia, pero nunca fue considerado gaditano como tú, si acaso transeúnte del Campo de Gibraltar, donde tanto trabajo tiene. Pues bien, me refería a Juan Carlos, que pasó sin apuros sus primeros días ministeriales, desapercibido como los buenos árbitros, pero ahora le están cayendo los marrones.
EL antiguo mercado de la Puerta de la Carne, como las Atarazanas y tantos otros, forma parte del Catálogo de Edificios Sevillanos de Imposible Solución. Los proyectos para reformarlo hunden sus orígenes en el siglo pasado. Es superfluo recordar esas historias, esas presentaciones en las que los últimos alcaldes de Sevilla se han columpiado. Se podría grabar un video de humor cáustico con las promesas realizadas y las maravillosas reconversiones del edificio que jamás se han visto, ni se verán. En la última participó el actual alcalde, Juan Espadas. Después los ecologistas montaron un show, porque se iban a cepillar las melias existentes en la plazuela anexa. Ahora el Ayuntamiento ha iniciado la rescisión del contrato, de mutuo acuerdo con la empresa concesionaria. Con lo cual se volverá a lo mismo de antes: a nada.
ESTÁ siendo muy comentado el libro póstumo de Juan Marsé, titulado Viaje al sur. La provincia de Cádiz es la que más aparece, y aporta una visión social, aunque parcial y anecdótica. El escritor llegó en octubre de 1962, y pasó por Jerez, Sanlúcar, Chipiona, Rota, El Puerto, Cádiz, Chiclana, Vejer, Barbate, Tarifa, La Línea y Algeciras. De esta última dice: “Es la ciudad más fea de cuantas hemos visitado”. Entre lo mejor está el capítulo de la miseria en el barrio de chabolas de El Zapal, en Barbate de Franco, con las impactantes fotos que hizo Albert Ripoll. El libro no se publicó entonces, y está superado por las obras mayores de Marsé. Pero interesa como testimonio social y de costumbres, y por su mala leche hacia los que despectivamente trataba como escritores de provincia.
DESDE hace mucho tiempo, quizá desde Velázquez, quedarse a vivir en Sevilla se ha presentado como un sacrificio. “Fulano se pudo ir a Madrid, y hubiera triunfado allí, porque era un gran profesional, o un gran artista, pero prefirió quedarse en Sevilla”, se oye a veces. Y esto se valora como una desgracia, como una decisión valiente para no perder de vista a la ciudad amada, sí, pero a costa de frenar la carrera profesional o renunciar a otros éxitos. Sin embargo, en algunas ocasiones, no se puede interpretar como un sacrificio del cordero degollado profesionalmente, sino tan sólo como un gesto de amor a Sevilla, y puede que a los sevillanos y sevillanas, que son sus habitantes. Es lo que ha ocurrido con el arzobispo, Juan José Asenjo.