ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

PARTIMOS de una base científica: los llamados científicos, al principio de la pandemia, no tenían ni idea del Covid 19. Recordemos que a principios de marzo de este año (hace apenas seis meses), cuando preparaban las manifestaciones del 8-M y el mitin de Vox en Vistalegre, la OMS decía que no existía una pandemia en el mundo. Y que cuando descubrieron que sí, pocos días después, y ya había empezado el estado de alarma en España, afirmaron que las mascarillas eran innecesarias. Ustedes pensarán que la OMS tiene poco de científica, y es verdad, son burócratas bien pagados que se enteran tarde. Pero también es cierto que los científicos aún no han conseguido una vacuna de confianza. Y lo que es peor: tampoco un tratamiento eficaz para curar a los enfermos. Hay varias opciones, que prueban según los casos.
PARTIMOS de una base científica: los llamados científicos, al principio de la pandemia, no tenían ni idea del Covid 19. Recordemos que a principios de marzo de este año (hace apenas seis meses), cuando preparaban las manifestaciones del 8-M y el mitin de Vox en Vistalegre, la OMS decía que no existía una pandemia en el mundo. Y que cuando descubrieron que sí, pocos días después, y ya había empezado el estado de alarma en España, afirmaron que las mascarillas eran innecesarias. Ustedes pensarán que la OMS tiene poco de científica, y es verdad, son burócratas bien pagados que se enteran tarde. Pero también es cierto que los científicos aún no han conseguido una vacuna de confianza. Y lo que es peor: tampoco un tratamiento eficaz para curar a los enfermos. Hay varias opciones, que prueban según los casos.
LOS últimos días de septiembre son los más tristes del verano en Cádiz. Ha entrado el otoño oficialmente (aunque aquí se intenta estirar el verano hasta el día del Rosario) y en la playa se percibe esa decadencia de lo irreparable, con los niños en los colegios donde empezaron el curso a trompicones, con los padres que trabajan o puede que teletrabajen entrenándose para otro confinamiento. Estos días flota en el ambiente un miedo a lo desconocido. No sólo a las segundas olas, que son más asumibles en una ciudad donde fue frenado un maremoto en la calle de La Palma, sino al qué pasará. Estamos gobernados por personas de decisiones impredecibles, que pueden salir por la vía de Tarifa, o vaya usted a saber por dónde.
EL miércoles 23 de septiembre de 2020 será recordado en Sevilla como el día festivo del coronavirus. En sus orígenes, debió ser el miércoles de Feria, rebotado del día de San Fernando, el santo patrono de la ciudad. Pero hoy no es miércoles de Feria y los santos del día no guardan relación con Sevilla: San Pío de Pietrelcina y una larga lista en la que aparecen el papa San Lino, Santa Tecla, San Andrés Fournet, San Constancio de Ancona o San Sosso de Misena. En general, santos con nombres poco populares. Para eso hubiera sido mejor poner el festivo mañana, festividad de Nuestra Señora de las Mercedes. Pero estaba gafado desde el primer momento. Iba dando bandazos y, al final, se ha quedado como el festivo del coronavirus.
EN estos días, cuando empieza el otoño, Kichi está disfrutando su merecida baja por paternidad, pero Martín Vila ya no es alcalde accidental. Así que Martín el Memorioso (apodo de resonancia borgiana), con permiso o sin permiso de Demetrio Quirós, va a aprovechar para tener minutos de gloria con algunas ocurrencias. Ha empezado con la propuesta de retirar el Premio Libertad Cortes de Cádiz a Álvaro Uribe, ex presidente de Colombia, por las acusaciones en su país. Como se ha recordado, también se lo podrían retirar a Lula da Silva, ex presidente de Brasil, al que se lo concedió el Ayuntamiento de Teófila, ya que ha pasado 17 meses en la cárcel. Pero bueno, no se trata de eso, ni de desplumar la lista de los premiados. Se trata de que no sigan escarbando en el pasado que ya pasó, en vez de trabajar mirando al futuro. Y que recuerden el dicho: “Santa Rita, Rita, lo que se da no se quita”.