ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

LA buena gente está que se sube por las paredes con la comisión bananera para el nombre del estadio. Los nombres más votados eran Carranza y Ramón de Carranza, pero los colegas de Kichi decidieron cambiar las normas sobre la marcha, y eliminar todos los nombres propios, para que el estadio se llame Tacita de Plata o algo pamplinoso. Es una vergüenza para Cádiz, pero es preferible tomárselo de cachondeo, y que la señora Mara lo tenga en cuenta a la hora de sus votaciones y también para las mociones de censura. Sin embargo, lo peor no es eso, sino que parece que está en marcha la venganza del Carranza, y esto puede ser tremendo. De miedo. Habemus gafe. Y de los gordos.
PARECE que las críticas al gobierno municipal de Juan Espadas por el adoquíncidio son novedosas, quizás inspiradas por las últimas obras, como las calles Cuna y Mateos Gago, o la anterior de Baños. Nada de eso. El adoquín sevillano (o sea, el de Gerena) ya tenía su profeta, que es el arquitecto Javier Queraltó. Fue concejal de Urbanismo y ha predicado con el ejemplo, con obras maestras, como la rehabilitación de la Judería, y también ha predicado en el desierto, cuando vio que en el Ayuntamiento se están cargando el adoquín auténtico desde la década anterior y lo sustituyen por otro de Quintana de la Serena (Badajoz), más liso, menos ruidoso y diferente.
COMO saben a lo que juegan, el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, va contra los ricos, pero de boquilla; y el presidente, Pedro Sánchez, se hace el sordo. Es normal, porque votan más pobres que ricos, y porque los ricos nunca votarían al Coletas de todos modos. También es normal porque Pablo Iglesias practica la lucha de clases, como comunista que es (no se sabe por qué a muchos comunistas les da vergüenza reconocer que son comunistas, y dicen que son comunes, o podemitas, o de IU); y en la lucha de clases el objetivo de los pobres es acabar con los ricos. En Cuba y otros países donde lo consiguieron, al no haber ya ricos, todos son pobres. En España aún quedan algunos pobres que viven en un chalé.
SE veía venir que pasaría lo que pasó, porque todavía siguen mentalmente (y en la práctica) en Segunda División. Con una plantilla que no está a la altura, con un planteamiento táctico prehistórico y con errores propios del fútbol modesto. Lo peor no fue empezar con una derrota, ni que el Osasuna ganara por 0-2 aprovechando las dos únicas ocasiones claras de que dispuso. Lo peor fue la sensación de inferioridad, la falta de ideas, y la evidencia de que el rival estaba ganando casi sin despeinarse. Pocos se salvaron en este mal debut, que obliga a una rectificación a fondo para no hacer el ridículo.
HOY vuelve a jugar el Cádiz un partido en Primera División. En el estadio Carranza, sin público, por el coronavirus. Con una plantilla que no es la definitiva, ni parece a la altura de las circunstancias. En este verano hubo elogios a los artífices del ascenso. A los jugadores que marcan y evitan los goles, al entrenador Álvaro Cervera que decide las alineaciones y las estrategias, a los aficionados que animaron y se resignaron a las puertas cerradas del coronavirus… ¿Y al presidente? No se olviden ustedes del presidente. ¿Y a los directivos? No se olviden ustedes de los directivos. Alguno bueno harían. Se recuerda, porque algunos han sido demasiado rácanos para reconocer los méritos a Manuel Vizcaíno Fernández.