ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EN este país está todo demasiado politizado. Como hay elecciones cada cuatro años, ese es el horizonte vital, la máxima altura de miras que tenemos, y nadie se arriesga a ir más lejos. Por otra parte, como la suerte de unos es la desgracia de otros, echar la culpa a los demás se convierte en cuestión esencial. La felicidad de la nación, de la región, de la provincia o del municipio importa poco, pues les interesa más la suya. Y vamos a dejar la filosofía de fondo, que sale a colación sólo para situar la gestión del virus del Nilo y el plan para acabar con los mosquitos que la han causado. ¿De quién es la culpa? Eso parece lo único importante. Cuando lo que interesa es no ver un mosquito ni en pinturas.
NO han escarmentado. En tiempos de la nueva anormalidad y la cogobernanza siguen promulgando medidas a tontas y a locas. Medidas que carecen de fiabilidad y rigor científico. Medidas caprichosas, que se contradicen entre sí. Medidas que no atacan al coronavirus en lo esencial, que es erradicarlo, para lo que es imprescindible controlar a todos los positivos y asegurarse de que cumplen las cuarentenas. Por el contrario, siguen aprobando medidas cuyo objetivo parece que es fastidiar a la gente. El sadomasoquismo como norma de actuación. Pero con pocos resultados prácticos, como se ve en las estadísticas de España. La Junta de Andalucía se ha contagiado también, como se aprecia en las normas para bodas “y otros eventos”.
NO han escarmentado. En tiempos de la nueva anormalidad y la cogobernanza siguen promulgando medidas a tontas y a locas. Medidas que carecen de fiabilidad y un mínimo rigor científico. Medidas caprichosas, que se contradicen entre sí. Medidas que no atacan al coronavirus en lo esencial, que es erradicarlo, para lo que es imprescindible controlar a todos los positivos y asegurarse de que cumplen las cuarentenas. Por el contrario, siguen aprobando medidas cuyo objetivo parece que es fastidiar a la gente. El sadomasoquismo como norma de actuación. Pero con pocos resultados prácticos, como se ve en las estadísticas de España. La Junta de Andalucía se ha contagiado también, como se aprecia en las normas para bodas “y otros eventos”.
EL 1 de septiembre (o sea, ayer) era el día marcado para que el Patronato del Carnaval le diera el certificado de defunción al concurso del COAC de 2021. Es una víctima más del coronavirus, que sigue dando por saco. Pero el Patronato no pudo reunirse, porque dio positivo una de las personas que participaron en la curiosa reunión anterior del Gran Teatro Falla. Allí ya advirtieron que si daba alguien positivo (pongamos un trabajador del teatro) se debían poner en cuarentena todos los espectadores, todos los componentes de agrupaciones, puede que Kichi y todos los concejales y medio Cádiz en general. Por lo que se llegó a la conclusión de que sería mejor que no hubiera concurso.
A la gente le ha dado por la poesía, aunque son malos tiempos para la lírica (como los de Brecht), y así tratan a los políticos como si fueran versos sueltos o versos libres, que también se dice. Se dijo, pongamos por caso, de Cayetana Álvarez de Toledo, sin quedar claro lo que era, ya que no es lo mismo. El verso suelto no tiene rima, pero forma parte de un esquema regular y se intercala con versos rimados, que en su caso sería el grupo parlamentario del PP, de por sí no tan poético. Mientras que el verso libre no tiene rima, ni tampoco una métrica regular, por lo que funciona como si fuera Adelante Andalucía, cada cual según. También existe el verso blanco, que tiene una métrica regular, pero ninguno de sus versos rima. Es lo que le está pasando a Vox.