ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EL PSOE de Cádiz se ha acostumbrado a la insignificancia. A ser un partido que no pincha ni corta, ni resulta útil. Tiene votos suficientes para decidir en un sentido o en otro, pero cuando se abstiene es como si no existiera. Se ha vuelto a ver en la votación para cambiar el nombre a la avenida de Juan Carlos I. El grupo municipal que lidera Mara Rodríguez se abstuvo, facilitando que se cambiara el nombre. No era un voto inocente. Era lo mismo que hizo Pilatos, que tuvo consecuencias directas. Lavarse las manos es lo que recomendaba Pedro Sánchez cuando decía que las mascarillas eran innecesarias. Pero no hay que practicarlo tan a rajatabla.
ENTRE las pocas alegrías de agosto está el triunfo del Sevilla en la final de la Europa League, tras ganar al Inter de Milán en la final. Algunos replicarán que fue una alegría sólo para los sevillistas, ni siquiera media Sevilla, pues según las estadísticas que circulan los béticos son mayoría en esta ciudad (aunque no se nota en los resultados). Pero más allá de la rivalidad, es una alegría para Sevilla, ciudad donde tiene su sede y su arraigo el club. Otrora se afirmó que los triunfos europeos del Sevilla, desde que dio aquel salto de calidad, abrían puertas para el turismo. Hoy recordar al turista suena a humor negro, en vez de blanco.
LAS tres primeras obras de misericordia espirituales son: Enseñar al que no sabe, Dar buen consejo al que lo necesita y Corregir al que se equivoca. Como a este Gobierno de Pedro y Pablo no le gusta la clase de Religión, quizás no lo han estudiado. No enseñan, no saben, se equivocan, etcétera. Pero para aprobar la difícil asignatura de la Pandemia del Siglo XXI (en la que los van a catear otra vez, se está viendo venir), algo deberían hacer. Por ejemplo, preguntar a los que saben más que ellos. En el caso de la vuelta al colegio, es pintoresco lo que se oye y se lee: hay que volver a las clases, y con garantías de seguridad. Pues claro. Es una obviedad, la cuadratura del círculo. ¿Y eso cómo se consigue? No es tan fácil.
EN estos tiempos pandémicos a todas las instituciones se les ha ocurrido hacer un pacto para reactivar la economía, mientras la pobre economía está por los suelos. Al Gobierno de la nación, a la Junta de Andalucía y también a los ayuntamientos. Unos se firmaron con más éxito que otros, y algunos no se han firmado. El más admirable ha sido el de Sevilla, donde el alcalde socialista Juan Espadas consiguió que PSOE, PP, Ciudadanos, y además Adelante y Vox, apoyaran el pacto. Es decir, todo el arco iris político, desde la extrema izquierda a la extrema derecha. Si no reactivan Sevilla, se comprobará que estos pactos no sirven para nada. En Cádiz van con retraso y con ideas confusas.
PARA que el centro derecha gane unas elecciones generales en España debe perderlas el PSOE. Esto se sabe desde Felipe González; es decir, desde que triunfó en 1982. Entonces se acabó la UCD. A partir de ahí, el centro derecha se derechizó y se quedó a opositar con Manuel Fraga, que sólo podía ganar en Galicia. Hasta que llegó José María Aznar, que se presentó como el centro para el cambio de milenio, antes de la foto con Bush, que era republicano (de los republicanos americanos, que son muy de derechas) y con Blair que era laborista (y parecía un felipista inglés). Después llegó Zapatero, por culpa de Aznar; después Rajoy, por culpa de Zapatero; después Pedro Sánchez, por culpa de Rajoy; después…