ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EN Sevilla siguen ocurriendo fenómenos portentosos. Una mañana llueven granizos como pedruscos en pleno mes de julio. Una madrugada del mismo mes el cielo se ilumina con un resplandor impresionante. Rara es la semana que no cruzan el firmamento dos o tres bolas de fuego. Y, por si fuera poco, el Ayuntamiento ha aprobado un documento con 88 medidas para el futuro de Sevilla por unanimidad. Es decir, que los podemitas de Adelante Sevilla y los ultras de Vox también lo han votado, junto al PSOE, el PP y Ciudadanos. De todos los fenómenos portentosos de los últimos días, este es el más impresionante. ¡Qué gran ejemplo para Andalucía, España y la Humanidad! No se recuerda una cosa igual. En el Congreso de los Diputados se retiró Vox de la comisión, y en el Parlamento de Andalucía se fue hasta el PSOE porque el presidente era de Vox. Sevilla es diferente.
SI Charles Baudelaire hubiera sido gaditano, a lo mejor hubiera escrito el repertorio de una comparsa. Era un genial poeta, con ese malditismo de enfant terrible que caracterizaba a ciertos literatos del siglo XIX. Pero hoy no me fijo en él por su aportación literaria, sino porque publicó unos ensayos titulados Los paraísos artificiales, que le vienen como anillo al dedo del Cádiz de hoy. Los dividió en dos partes: El poema del hachís y Un comedor de opio. Baudelaire era de esos que vivía en las fantasías por encima de la realidad. Pero en la búsqueda de paraísos artificiales, tenemos en Cádiz a unos discípulos de lujo. Y no me refiero a los que fuman canutos, sino a los que se apartan de la realidad para vivir en una alucinación permanente.
EL presidente de la Junta, Juanma Moreno, convocó ayer a los alcaldes de las ocho capitales de provincias andaluzas en el Palacio de San Telmo. ¿Los invitó a una barbacoa, como algunas familias que propagan el coronavirus cuando se reúnen sin precauciones? No, era para ejercer la cogobernanza en esta nuestra comunidad. Por culpa del coronavirus vivimos tiempos diferentes. Antes los gobiernos gobernaban solos, para eso habían ganado las elecciones. Pero ahora, como la gente está que trina, buscan a los demás para compartir las responsabilidades. Empezó Pedro Sánchez, que después de su nefasta gestión de la pandemia pidió el apoyo incondicional de todos para levantar el país que él había hundido previamente. Juanma no llega a tanto, pero ha querido dar un testimonio de la cogobernanza en los tiempos del Covid-19.
LAS playas son el principal aliciente de Cádiz en verano. En estas circunstancias de la nueva anormalidad, el pueblo se ha adaptado mejor que sus autoridades. ¿Quién nos iba a decir que iríamos a las playas con mascarillas, desde las escalerillas hasta las sombrillas, y paseando por las orillas? Cuando Pedro Sánchez decía que bastaba con lavarse las manos, nadie lo hubiera imaginado. Ahora se ríen de Donald Trump, porque también ha tragado con las mascarillas y afirma que es “patriótico” usarlas, después de que no se las ponía ni cuando visitó una fábrica de mascarillas. Pero no olviden que el doctor Simón, eminencia de las pandemias (ahí sigue el tío, de surfero con la segunda ola), también dijo que no hacían falta, antes de que él mismo enfermara con el coronavirus. Pero se trataba de las playas.
EN estos días, el Reino Unido, Francia y otros países europeos (a los que se podría sumar Alemania) le han clavado un rejón de muerte al turismo de verano en España. El Gobierno sigue demostrando su inutilidad. Están aplicando la cogobernanza para lo que les conviene (y así la culpa será de las autonomías), pero resulta que en la Moncloa mantienen competencias como el control de los aeropuertos, que depende de Sanidad Exterior. Están bajo sospecha, por falta de controles más fiables. Por eso, en Europa tienen miedo de España y quieren endurecer las medidas. El aeropuerto de Sevilla cuenta con 74 rutas para este verano. Entre ellas con países que aplicarán restricciones o recomiendan no viajar.