LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada…
VIVIMOS unos tiempos pintorescos por los caprichos de las influencers y los que van de influyentes. Así una gachí del tipo de Dulceida aparece en Instagram con una falda de no sé qué y se venden miles de faldas como esa; o si viaja a Pernambuco, allá que se van un montón de seguidores. Pues lo mismo está pasando con Setenil, que es como una Dulceida o una Paula Echevarría de los pueblos blancos. Setenil de las Bodegas fue elegido el destino rural más buscado de España, lo premiaron en Fitur como uno de los pueblos más bonito, y apareció en The New York Times. La gente dice: “¡Ah, Setenil!”. Y se convierte en un destino de moda. Y algunos ni siquiera saben cómo son esas bodegas, y las confunden con las de González Byass.
SIGO con el caso del investigado Juan Carlos Cabrera, que puede condicionar la política sevillana en los próximos meses, incluso hasta las elecciones. Todavía es pronto para imaginar escenarios, hasta que el delegado de Movilidad declare el día 18, y se vean las consecuencias. Una organización que se autodenomina “progresista e independiente”, Facua, ya ha solicitado su dimisión. Sin embargo, me parece digna de reconocimiento público la actitud del líder de la oposición y candidato del PP, Beltrán Pérez, que ha pedido prudencia. Incluso ha ido más allá, al decir que confía que la declaración de Juan Carlos Cabrera permita deducir “su absoluta inocencia”.
EN otros tiempos remotos, antes de Internet, existían los ficheros de altos cargos. Ahí se iban reponiendo las fichas, según los nombramientos de ministros, gobernadores civiles, presidentes de la Diputación, diputados, concejales y demás. Menos mal que ya no hacen falta, porque en el plazo de un año deberíamos haber tirado las fichas (y puede que los ficheros) a la basura. Ahora la nueva delegada de la Junta de Andalucía en Cádiz es Ana Mestre, que vuelve a la ciudad en la que fue concejala del PP. Es la primera delegada de la Junta que no pertenece al PSOE, por lo que verla en ese cargo se nos hace más raro que encontrarnos a un cangrejo moro paseando por el Rectorado de la calle Ancha. Por decir un chiste fácil.
PEDIR la dimisión de Juan Carlos Cabrera por ser investigado en la macrocausa de la mafia del taxi me parece una exageración y también una pasada. Es un ejemplo más de la necedad que ha llegado a la política, donde todo investigado es culpable mientras no se demuestre lo contrario. La responsabilidad de ese disparate la tienen los principales partidos. El PSOE y el PP lo han utilizado como armas arrojadizas, cuando Podemos y Ciudadanos llegaron vírgenes a la política. Ahora se les vuelve en contra a todos, como un boomerang, por no asumir algo esencial para ser justos: cualquier persona es inocente mientras no sea condenada. Por lo que es absurdo que dimita alguien sin ser condenado.
EN Cádiz se toman las cosas con calma. Por eso, han sorprendido las prisas para que el Rectorado de la Universidad se instale cuanto antes mejor en el Gobierno Militar, aún a costa de salir (de mala manera) las colecciones que allí exponían y las entidades que aún mantienen sus sedes. Las prisas no son por casualidad, sino porque en primavera habrá elecciones en el Ayuntamiento y la Universidad. Se sabe con seguridad que el rector, Eduardo González Mazo, no podrá repetir, al haber agotado sus mandatos, mientras que el alcalde, José María González, está por ver si es elegido o llega otro. Ellos han sido los artífices de esta operación, que tiene un vencedor, la Universidad; y un perdedor, el Ayuntamiento. Por tanto, quieren dejar todo atado y bien atado.