LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada…
COMO estamos en Carnaval, la gente ya no se interesa por la política loca, digo local, sino que habla del tiempo y de la gripe. Apenas se conocen personas gaditanas que no hayan padecido la gripe o un buen catarro en este maldito invierno. En el SAS también andan como locos, con las urgencias colapsadas y tal. La culpa es de la gripe, que casi ha quintuplicado su incidencia, si la comparamos con el año pasado. El invierno anterior había en la provincia 167 casos de gripe por 100.000 habitantes, mientras que este invierno hay 716. La estadística tiene toda la pinta de ser falsa, hay muchos más, pues algunos no acuden al médico, ¿y cómo se enteran en el SAS? Hasta nuestro entrenador, Álvaro Cervera, se pilló la gripe. Esperemos que no se la contagie a la plantilla.
HAY que entenderlo: él no quería fusilarlos, sino que lo dijo “con ironía”. Y no era la Guerra Civil, aunque hubo lucha entre civiles. Los incidentes de Pedrera (entre la comunidad más o menos local y los rumanos) han servido para poner de manifiesto que en una sociedad supuestamente democrática también hay odio y bajas pasiones. En situaciones difíciles, se puede prender la llama del extremismo. Se lo recuerdo a los de la Memoria Histórica, que tanto tergiversan la historia y se olvidan de las circunstancias. Es muy fuerte que te quemen un coche, pero todavía peor es que te fusilen a tu hermano. En la Guerra Civil hubo fusilamientos en ambos bandos. Y en la guerrita de Pedrera, el señor alcalde, Antonio Nogales, de Izquierda Unida, pronunció palabras intolerables.
CONSEGUIR el fin de los gorditos y las gorditas. Ese es el objetivo que se ha marcado la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Por fin ha llegado una señora con las ideas claras, la consejera Marina Álvarez, que ha recordado que la obesidad está muy mal, siguiendo lo que dice la Organización Mundial de la Salud, tampoco lo ha inventado ella. Y además los gorditos y las gorditas le cuestan una pasta (y un pico) a la Sanidad pública, que paga todo el mundo, incluso los esqueléticos y las esqueléticas. Así que ha comenzado la campaña por una alimentación saludable, sin porquerías ni grasas que engorden. Tiempos de amor al deporte, en los que practicará ejercicio físico todo aquel que no esté lisiado o lisiada. Dicho de otro modo: ya no gustan las curvas, que se quedarán para los puertos de montaña.
A propósito de la serie La Peste, de Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, ha vuelto a la actualidad esta epidemia, ocurrida en 1649. No pocos historiadores la consideran el verdadero origen de la decadencia de Sevilla, bastante antes del traslado de la Casa de la Contratación a Cádiz en 1717, que llegó cuando el declive ya era muy evidente. El alcalde, Juan Espadas, ha llegado a decir que la serie (que emitirá Movistar Plus, en formato de pago bajo demanda), servirá para hacer publicidad de Sevilla. Todo se limita a lo mismo. Era una Sevilla que se presta al reduccionismo fácil de los buenos y los malos, a la demagogia, pero que vivía una situación muy compleja.
CÁDIZ es una ciudad difícil, porque no es como las demás. En las otras, los vecinos se suelen unir por objetivos importantes para su futuro, tendentes a mejorar las condiciones de vida y con proyectos definidos. Por el contrario, en Cádiz las plataformas se suelen constituir (en un porcentaje curioso) para fastidiar a los señores y señoras que han creado otras plataformas. De modo que la segunda plataforma se constituye contra la primera, y la primera se rebrinca contra la segunda. Y al final no se hace nada, y la vida sigue igual, por supuesto. Pero ¿y la alegría que eso genera? ¿Y las declaraciones? ¿Y el protagonismo efímero? Así vamos.