LAS chapucerías del callejero en Cádiz no han empezado ahora, sino que vienen de siglos pasados. La lista de los 40 principales que no tienen calle está encabezada por Alfonso…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
SUCEDIÓ el día después de la entrega del premio Cervantes. Aquel acto fue presidido por los Reyes, don Felipe y doña Letizia, flanqueados por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, que no estaban acompañados por sus parejas. El premio fue recibido por Luis Mateo Díez, un gran escritor, de elaborada…
EN Sevilla cada barrio es como otro mundo y como otra Sevilla, según las circunstancias. Ese es uno de los motivos por los que existen fuertes contrastes. Hoy, cuando llegan las cabalgatas de los Reyes Magos, lo volvemos a encontrar. Se puede afirmar que la Cabalgata del Ateneo (madre y maestra de los Reyes Magos) es la Gran Cabalgata de Toda Sevilla, Gran Parte de la Provincia y Hasta Otros Lugares de Andalucía y la Humanidad. Sin embargo, en casi todos los barrios hay un Jacinto Ilusión al que eso le parece poco.
NO es sólo una cuestión puntual de adelantar el horario, de que mañana llueva o escampe. La Cabalgata de los Reyes Magos de Cádiz padece una crisis de identidad. Ha decaído, en los últimos años, por motivaciones políticas, falta de ideas y recortes. Por supuesto, la culpa no es de la Asociación de los Reyes Magos, que ahora preside Antonio Téllez, cuyo trabajo es admirable, y que se centra en conseguir juguetes para los niños (sin duda lo más importante), además de poner los tres Reyes Magos, la Estrella, el Cartero y muchas ilusiones, con un programa de actos muy completo que va creando ambiente. Cuando llega el 5 de enero, ese esfuerzo merece la pena, aunque tropieza con la realidad de una cabalgata que no es la que se merecen los niños de Cádiz.
NO importa que estemos en un periodo de sequía. En Sevilla se mira al cielo por costumbre, cada vez que sale una procesión, aunque sea la Virgen de los Reyes el 15 de agosto. Por extensión, lo mismo se puede decir de cualquier evento o celebración, como la Cabalgata de los Reyes Magos, que está amenazada por malos pronósticos. Ante el riesgo de lluvia, se espera siempre lo mejor, aunque sea un milagro de última hora. Un arco iris que ilumine el Aljarafe. Por eso, cambiar las tradiciones se puede hacer en Alcalá de Guadaíra o en San Juan de Aznalfarache, que están ahí mismo, pero en la ciudad de Sevilla todo debe ser cuando le toca, o ya no sería lo mismo. Una cabalgata en la tarde del 4 de enero sólo sería un heraldo con carrozas.
AL Cádiz le faltó confianza para buscar la sorpresa. A los 23 minutos ya tenían la eliminatoria prácticamente perdida, por culpa de dos errores defensivos de los que no se suelen cometer en la Liga. El primer gol, en la primera ocasión que chutaba el Sevilla, fue decisivo porque serenó a los futbolistas de Primera, que venían con la incógnita del debut de su nuevo entrenador, Vincenzo Montella. En la segunda parte, al Cádiz le faltó puntería, y no marcó ni de penalti. Desperdiciaron la ocasión de pelear la eliminatoria ante un Sevilla que tras el descanso estaba sesteando y pensando en el Betis.
CUANDO llega el Año Nuevo, se ponen de actualidad algunas costumbres. Por ejemplo, el primer recién nacido. Se diría que las señoras embarazadas, que se encuentran a puntito, se comen las uvas a lo loco, o ni siquiera se las comen, sino que están a ver si hay suerte, y el niño o la niña les nace con la tercera campanada, y sale en todas las televisiones, y se hace famoso de entrada, como si fuera influencer o youtuber. Se empieza así, y terminas como Kim Kardashian y su familia. Pero en Cádiz la tradición no pasa sólo por ser artista (aquí los hay a manojitos), sino por triunfar en el Carnaval. Por eso, cuanto antes empiece la fiesta, mucho mejor.