ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EL calendario de la Cuaresma nos acerca al primer lunes, que es el día del Vía Crucis de las Hermandades. Este año lo preside el Señor de los Gitanos, una imagen con arraigada devoción, que por sí misma es un incentivo para que aumente la participación en la Catedral. Probablemente, también para llenar las calles, aunque esto debe ser secundario, ya que se organiza un acto penitencial participativo, que nunca debemos confundir con un paseo callejero en andas. Por muy devota que sea la imagen: o por muy preciosa que sea la túnica bordada en el taller de Caro que estrenó en 2019, y que recuerda a la que fue destruida en el asalto de la Guerra Civil, cuando también quemaron las imágenes titulares.
EN los partidos equilibrados, unas veces sale bien y otras mal. Lo mejor para el Cádiz fue el resultado. Tuvo que remontar y se encontró con un gol en propia puerta y otro tirando a churrete. Pero cuentan los tres puntos, que son como seis, por conseguirlos ante el Almería. un rival directo que se vuelve a alejar. Al Cádiz se le siguen viendo muchas carencias. No funcionó como se espera de un líder, ni en ataque, ni en defensa, ni en el centro del campo de emergencia. Pero ganó, que es lo que cuenta. Otras veces, haciendo lo mismo, no lo ha conseguido.
EN el acto del Día de Andalucía, celebrado ayer en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, estuvo presente José María Pemán. Apareció en el discurso de Antonio Burgos, que había recibido el título de Hijo Predilecto de Andalucía, y que hablaba en nombre propio y de los demás premiados, al cumplirse los 40 años del día en que los andaluces conquistaron su autonomía. Burgos hilvanó un discurso-pregón como sólo él es capaz de hacerlo. Un ejemplo para que aprendan los que no son capaces de pregonar la Semana Santa en menos de dos horas. A Burgos le dio tiempo de retratar la historia de Andalucía en apenas un cuarto de hora. Sencillamente porque no dijo paparruchadas, sino que fue directo al grano, con su maestría.
ESTÁ pasando lo previsible, lo que se sabía que iba a pasar. En cuanto han comprobado los efectos reales del Covid-19, que van a ser ruinosos para la economía, están poniendo las cosas en su sitio. El consejero de Salud y Familias, Jesús Aguirre, con ese desparpajo que le caracteriza, ya ha dicho que esto se verá pronto como “una gripe nueva que ha llegado”, y hasta se ha referido a “la banalidad del coronavirus”, cuya mortalidad es mínima, apenas del 2%, y generalmente en pacientes con otras patologías, como se sabía desde el principio, mientras propagaban el alarmismo. Uno de los problemas del coronavirus es la penosa gestión global, empezando por la OMS.
HAN pasado 40 años desde aquel 28 de febrero de 1980. Entonces yo era un joven que lo vivió de cerca. Entonces yo era un joven que informaba de aquel acontecimiento, por lo que no hace falta que nadie me lo cuente. Entonces, en ABC de Sevilla, ejercía como redactor jefe Antonio Burgos, el director era Nicolás Jesús Salas y los redactores de Política Andaluza éramos David Fernández Cabeza y yo. Después del referéndum, David tomó otros rumbos y a mí me faltó poco. Tal fue la esquizofrenia informativa, en una Andalucía bipolar, zarandeados entre las convicciones y las presiones. Por eso, el acto de hoy es evocador. Aquel referéndum no se hubiera ganado sin Manuel Clavero y sin Rafael Escuredo, ni tampoco sin Antonio Burgos.