NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ALGUNOS miembros de la cultura progresista no lo han querido decir en público. Pero, en privado, están insinuando que el Premio Cervantes, máximo galardón de las Letras hispanas, considerado el Nobel literario español, se ha convertido en un premio patriarcal. No lo critican en público, porque el premio (aunque en…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

ES una curiosidad que el concejal de Movilidad de Cádiz, Martín Vila, de Unidas Podemos (sobre todo de unidas de izquierda) hable como si fuera de centroderecha. El poder contribuye a resituar un poco. No es lo mismo gobernar que quejarse de los gobernantes. Así que Martín Vila ha declarado sobre los autobuses urbanos de Cádiz lo mismo que diría un concejal del PP o de Ciudadanos, si estuviera al frente de la movilidad gaditana. Criticar el servicio de autobuses de Cádiz es una memez, ya que el funcionamiento es bastante aceptable. Y, como ha indicado Martín Vila, es más barato que la media nacional. Eso se puede comprobar viajando, que es la mejor vacuna contra el catetismo. Viajando se conoce mundo. Antes los mozos conocían mundo al hacer la mili, cuando los mandaban de zapadores de montaña a los Pirineos, o de marinos a Cartagena. Ahora a los quintos los hubieran mandado a Ceuta, para impresionar.
EL pasado lunes ocurrió un fenómeno infrecuente en Sevilla: dedicaron dos calles a fotógrafos. En la barriada del Carmen, allá por el Tardón, el alcalde, Juan Espadas, se dedicó a lo suyo institucional propiamente dicho, y presidió la inauguración de las nuevas calles dedicadas a los Serrano y a Jesús Martín Cartaya. Aunque ahora se ha puesto de moda llamarlos fotoperiodistas, en la rotulación se ha tenido el buen gusto de nombrarlos como es debido: Fotógrafos Serrano y Fotógrafo Martín Cartaya. Fotógrafos… O sea, personas que se dedican al arte de hacer fotografías. Durante un tiempo fueron considerados algo así como periodistas menores (por decirlo suave), y por eso se utilizó lo de fotoperiodistas. Pero ellos han sido fotógrafos, por encima de todo, y hay que dignificarlo, reconocerlo y darles la importancia que se merecen.
EN los últimos tiempos apenas se presta atención al doctor Fernando Simón y a sus ocurrencias. Lejanos parecen los días en que ejercía como Oráculo de Delfos, digo de Pedro Sánchez. Así les fue a los dos, dicen algunos; pero le fue peor a España, lo único importante, según Aznar. Este Aznar es el que defendió bravamente el islote de Perejil, en 2002, en otro rifirrafe con Marruecos. ¿Lo recuerdan? Volviendo a Simón, recuerden que no lo han destituido aún, ni se ha ido a su casa, sólo a ratos se distrae y practica surf en las playas alentejanas del Portugal profundo. Simón continúa en su cargo de director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Y pronuncia conferencias. Y ofrece ruedas de prensa, aunque con menos prensa.
A los disparates del Gobierno de Pedro Sánchez se debe añadir que le ha dado la puntilla a la Justicia. También es cierto que algunos jueces han contribuido con mucho gusto. Ha quedado la idea de que los jueces son como los árbitros y que las leyes son como el VAR. En la práctica, hay criterios varios. Aunque, en teoría, están para que se apliquen y punto. Entonces la gente piensa que sufrimos un caos jurídico. Este país era católico y ahora es caótico, la reserva espiritual del caos. Así se ha llegado a la actual situación: en Baleares y la Comunidad Valenciana permiten toque de queda, público en los estadios para La Liga y tienen presidentes autonómicos del PSOE. En Andalucía, no hay nada de eso; pero es la única autonomía donde permiten que el ocio nocturno abra hasta las dos de la madrugada.
EN la ciudad de Cádiz, en los últimos tiempos, existe un interés muy profundo por la cultura. Quedó de manifiesto el lunes en la Librería Manuel de Falla. Las personas que pasaban por la gaditana plaza Mina, al ver tal cola, en la que no faltó alguna que otra bronca o disputa (como en toda cola gaditana digna de mención), se preguntaban con sorpresa: “¿Otra vez están repartiendo topolinos gratis en Los Italianos y llega la cola hasta la plaza Mina?”. Pero no, no era eso, sino que Paz Padilla iba a firmar su último libro, El humor de mi vida, y allí estaba su legión de admiradores y admiradoras, para comprarlo y que se lo dedicara. No sé si Paz Padilla se habrá visto en otra igual: firmando más libros que María Dueñas y Dolores Redondo juntas. A ella sí que le salió redondo.