LA vida es como un carnaval, o quizás esa confusión proceda de que el carnaval se nutre de la vida misma. En Cádiz existe la costumbre de mezclar la vida…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL poco tiempo de las elecciones en la Hermandad de los Estudiantes, llegaron las de la Universidad. En Sevilla se dice Universidad, y se sabe a la que nos referimos, porque era la de toda la vida, antes de que se ampliara la oferta educativa. Establecer comparaciones entre las elecciones…
LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas,…

ABRIL es un mes tontamente perdido en Cádiz. Sólo hay excepciones cuando el calendario determina una Semana Santa tardía. En Cádiz tenemos partidarios de las fechas fijas para todo. La concejala de Fiestas, María Romay, habló de un Carnaval que coincidiera con el 28 de febrero. Por otra parte, se supo que el Papa Francisco, recién llegado al Vaticano (como de papa en prácticas), comentó que se podría estudiar una Semana Santa de fecha fija a principios de abril. Pero nunca lo planteó en serio y él mismo lo descartó. La luna de Parasceve tiene su encanto y su historia, que es larga de explicar. Al final, todo se ha quedado en su sitio.
ES sabido que en Semana Santa la gente ha pasado por algunas calles que sólo recorren esos días. Nunca más son pisadas durante el resto del año, excepto por sus vecinos. El turisteo también tiene su carrera oficial, en el entorno de la Catedral, que incluye hasta la plaza del Duque y poco más. A la ruta del mudéjar llegan pocos. Cuando los visitantes, en Semana Santa, van acompañados por amigos o familiares sevillanos se sorprenden de esos atajos urbanos, que permiten esquivar cofradías, sin pasar por la carrera oficial, que sea al derecho o al revés, marca los destinos de la ciudad histórica. La Catedral, el Ayuntamiento y El Corte Inglés no están ahí por casualidad.
EL Ayuntamiento de Cádiz, a partir de 2019, ya no será lo que era. Ni, probablemente, se parecerá demasiado. Al relevo anunciado de la ex alcaldesa Teófila Martínez, el PP añade la despedida de José Blas Fernández, según ha confirmado él mismo en la información que publicó ayer José Antonio Hidalgo en el Diario. Todo el mundo político local ya daba por descartado a Pepe Blas en la lista del PP de 2019; y no por viejo, como él mismo dice, sino por esa sensación de que su veteranía es un grado (social, si se quiere), pero parece fuera de onda en estos tiempos de la nueva política. Sus tiempos se resumen en 36 años de concejal, con nueve elecciones por medio, ya que llegó cuando estaba el PSOE en la Alcaldía con Carlos Díaz. Sin embargo, su fama inolvidable la ha cultivado en los 20 años de concejal de Hacienda.
EL lunes de Pascua, que es festivo en otros lugares, en Sevilla es el día de los balances de la Semana Santa. Cada cual cuenta lo suyo, igual que los capillitas ya están criticando en las tertulias. Viendo por aquí y por allí, nos enteramos de lo que ha pasado. Bien cocinados los datos, aunque ya no sea tiempo de garbanzos con espinacas ni de torrijas, se puede esbozar un estudio sociológico de la Semana Santa que terminó. Por ejemplo, se ha sabido que el día con más gente en las calles fue el Lunes Santo. Influyó que el Domingo de Ramos estuvo lluvioso por la mañana y desapacible por la noche. Pero también muestra la diferencia entre visitantes y turistas.
HA pasado otra Semana Santa. Entre el tiempo, los detalles y la nueva carrera oficial, se quedó la noticia luctuosa del fallecimiento de Rafael Corbacho. Recibió un homenaje en vida, cuando su salud ya estaba deteriorada, en el que las hermandades gaditanas recordaron lo mucho que aportó para que la Semana Santa tuviera un mayor reconocimiento en una ciudad donde se la ve como la pariente pobre de las fiestas locales. En los tiempos de Corbacho presidente del Consejo, para colmo, tuvo que lidiar con una generación de curas contrarios al folklore de la Semana Santa. De modo que el enemigo lo tuvo en casa, más que nada. Ayudó a un cambio de mentalidad.