NO hace falta citar los siglos XVIII y XIX para recordar la importancia que tuvo el teatro en Cádiz. Eran otros siglos y otras costumbres. Pero recordemos que en la…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ALGUNOS miembros de la cultura progresista no lo han querido decir en público. Pero, en privado, están insinuando que el Premio Cervantes, máximo galardón de las Letras hispanas, considerado el Nobel literario español, se ha convertido en un premio patriarcal. No lo critican en público, porque el premio (aunque en…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

LO que faltaba: ahora un cambio de ministros en plena canícula ardiente. Ya no saben qué hacer para que no hablemos de la pandemia galopante de los jóvenes y de las recomendaciones de Francia y Alemania para no viajar a España, este país. Así que Pedro Sánchez ha aprovechado para poner el punto y aparte a varios ministros y ministras, y zampárselos cual chuletones cocinados en los fogones del CIS. En esa última cena ha caído hasta el chef Iván Redondo, y a la portavoz, María Jesús Montero, la ha retirado de la atención al cliente. Sin embargo, se le han ido vivos (y se han quedado crudos) los ministros y ministras de Unidas Podemos, que son cinco: Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón y Manuel Castells, poco útiles y prescindibles, aunque los tres últimos parecen imbatibles. Siguen como si fueran de otro Gobierno, o de otra galaxia.
LA Junta de Andalucía ha sido magnánima, clemente y misericordiosa con Conil. Modificando porque sí las normas establecidas, han optado por no darle un rejonazo de muerte al turismo en pleno mes de julio. Por eso, a diferencia de lo que era habitual en los municipios con tasas de más de 1.000 contagiados por 100.000 habitantes (1% de la población), han evitado medidas extremas para Conil, como el confinamiento perimetral y el cierre de todo lo no esencial, incluidos los bares, restaurantes y locales de jolgorio. Pero en Conil deberían reflexionar, antes de matar la gallina de los huevos de oro. El aumento de contagios no ha sido por casualidad, ni por mala suerte, como lo certifican algunos vídeos que circulan por las redes sociales. El desmadre nocturno de los jóvenes y el turismo de medio pelo descontrolado han perjudicado la imagen de una población que compite en el segmento del turismo de calidad.
LA muerte de Joaquín Sainz de la Maza, a los 71 años, víctima de un cáncer de pulmón, es dura y prematura. Aportó mucho, pero quedó la sensación de que aún podía dar más. Y, sin embargo, sus últimos años, tras la renuncia en el Consejo de Hermandades y Cofradías, ya eran de retirada. Por cuestiones personales, y también de salud, estaba como esos mayores que se retiran del mundo, y viven el presente como una prolongación dolorosa de un pasado que fue mejor. Este ya no era el tiempo cofradiero de Joaquín, que finalizó abruptamente. Pero este tiempo no sería igual sin él, sin su ejemplo, y sin aquellos maravillosos años que vivió como hermano mayor de la Macarena, en el fin de siglo, desde 1993 a 2001, siguiendo la estela de su mentor, José Luis de Pablo-Romero.
UN conflicto grave no se puede reducir a los aspectos más llamativos. En los problemas de la Policía Local de Cádiz no podemos quedarnos sólo con si están o no están a pie de playa, a diferencia de lo que hemos conocido desde hace más de medio siglo, o con los incidentes acaecidos en la plaza de San Juan de Dios. Este conflicto no puede verse como la Policía Local por un lado y el Ayuntamiento por otro. Porque es la Policía del Ayuntamiento, y es la Policía que se paga con los impuestos y multas de los gaditanos. Por tanto, deben estar todos en el mismo lado, que es el de Cádiz. A nadie beneficia este conflicto. Y si hay que poner la cabeza de algún concejal en bandeja, que la pongan. Es preferible a eternizar un enfrentamiento que necesita soluciones profundas y estables.
LA gente que está fuertemente catalanizada, tras desayunar pa amb tomaquet y calzarse la barretina, dice: “Este Gobierno ya no sabe qué inventar para que no se hable de los indultos”. Ahora hemos vuelto al eterno debate de las pensiones. Primero proclamaron que el Gobierno de Pedro Sánchez ha cerrado un acuerdo con los sindicatos y empresarios, a mayor gloria de los pensionistas que han conseguido sobrevivir a la pandemia. A pesar de que muchas personas de 65 años y otros sexagenarios todavía no han recibido la segunda dosis de AstraZéneca. ¿Es para reducir el número de pensiones? Eso dicen las malas lenguas, pero no se lo crean. Para reducir las pensiones, ya está el ministro Escrivá, según los días.