AL principio de la democracia parlamentaria, cuando los políticos se insultaban menos, concedían a los gobernantes cien días de gracia. Tres meses y pico en los que se les permitía…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
COINCIDIENDO con la fiesta de Santa Teresa de Jesús, el consejero de Presidencia y otras cuestiones de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz Cabello, fue nombrado consejero de Sanidad. El día elegido hace honor a lo que nos enseñó la santa de Ávila: “Nada te turbe, nada te espante”. Para…
EL sanchismo se mantiene en el poder gracias a que ha buscado la división y el enfrentamiento entre los españoles. Los ciudadanos de este país son divididos entre progresistas y reaccionarios (o fascistas), desde una falsa superioridad moral, que señala a los progresistas como los buenos y a los reaccionarios…
ALGUNAS ideas son malas, pero las podemos convertir en buenas. Hagamos virtud de la necesidad. En estos días se habla mucho de los aranceles de Donald Trump. Este hombre es más malo que el Caifás de San Gonzalo. Siempre está enfadado el tío. Se ha peleado con el mundo. Pero esa idea de imponer aranceles a todo, puede tener su lado positivo. Ya no da tiempo para este año, pero para 2026 se le podría poner un arancel a los turistas que vengan a Sevilla en Semana Santa. Somos cariñosos, nada de xenofobia. No obstante, un arancel de 50 euros por cada turista sería estupendo para las arcas municipales.
LA evolución de la Semana Santa gaditana mantiene un matiz curioso. Las hermandades hacen lo contrario que los vecinos. Los vecinos del Cádiz antiguo se fueron a vivir a los extramuros en los pisos sociales (que construyeron durante el franquismo, mayormente, y después a cuentagotas), o en los pisos de renta libre que construyeron y siguen construyendo desde Bahía Blanca a Cortadura. Sin embargo, con las cofradías tenemos el mundo al revés. La de Luz y Aguas (como antes se la llamaba) fue desde San Antonio a San Felipe de Cádiz y después a la iglesia del Pilar de los marianistas en extramuros, para terminar en la Catedral Vieja del barrio del Pópulo. Y la Oración del Huerto, que era la cofradía de San Severiano, se ha mudado a Santa Catalina, en el Campo del Sur, en territorio del barrio de la Viña.
DESPUÉS del Pregón se acerca lo que esperamos, que es la Semana Santa. Con el deseo de que la borrasca Olivier se vaya a Groenlandia. Y después del Pregón, ¿qué siente el pregonero? Esa es la pregunta que muchas personas me hacen estos días. Hasta que no ha llegado ese momento no sabes lo que vas a sentir. Y lo que siento es que el Pregón ya no es mío, sino que es de todos los que se han identificado con esas palabras, pronunciadas en el Teatro de la Maestranza el domingo, y recogidas en un libro que ya está en las librerías y fue presentado el lunes en la Fundación Cajasol. En resumen, lo más bonito del Pregón, desde el sentimiento del pregonero, es que otras personas lo hagan suyo, cuando te encuentras a alguien por la calle que te dice frases de tu Pregón.
LA gente le tiene miedo a la palabra rearme, pero depende del uso y las costumbres. Si el uso es un rearme para cargarse unos a otros, evidentemente es negativo. Por el contrario, necesitamos un rearme moral, que sería muy positivo y saludable para todo el mundo en general. Necesitamos un rearme ideológico y de creencias. De modo que se trabaje para construir una sociedad diferente, basada en el amor al prójimo y no en el odio al prójimo. Un rearme basado en cumplir las bienaventuranzas y no en el egoísmo de acumular el poder para aplastar a los más débiles.
EL Domingo de Pasión es el pórtico de la Semana Santa. No es sólo el domingo del pregón. Es también el día con más besamanos y besapiés de toda la Cuaresma. Ya no es una jornada de funciones principales de instituto, como los domingos anteriores. Ya la fe está jurada y proclamada. Ya es el día en que se expresa el gozo de lo que está por llegar. Los besamanos y los besapiés de hoy manifiestan las ansias de Semana Santa, las ganas que tenemos de besar al Señor y a la Virgen, de bajarlos de los altares, de saludarlos con nuestro cariño, de alegrarnos de que ya estén tan cerca para trasladarlos a los pasos.