ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

UNA de las características de la pandemia del coronavirus en España es su alta incidencia en las residencias de ancianos. Es curioso que hayan cambiado la denominación después del desastre. Hasta ahora se denominaban residencias de mayores, o residencias geriátricas. Pero, a partir de la proliferación de casos, han vuelto a ser ancianos, como se decía en otros tiempos. La ancianidad parece que expresa mejor una cercanía a la muerte, que la hace más llevadera. Al principio indicaron que el coronavirus sólo mataba a personas mayores, o con patologías previas. Parecía un matiz subliminal para restarle gravedad.
NO se había visto una cosa igual desde hace mucho tiempo. Porque para recordar a los militares desplegados en las calles de Cádiz, y más en concreto a la Infantería de Marina, habría que remontarse a las antiguas procesiones del Corpus. Sin contar a los guardiamarinas del Elcano, claro. Es curioso que la Unidad Militar de Emergencia cumple labores relacionadas con el coronavirus en otras ciudades andaluzas. Pero a la Bahía y otros municipios de Cádiz han mandado a los infantes de Marina, que no son una unidad para emergencias, y han salido a cumplir misiones insospechadas. Por cierto, se les ha visto patrullando por calles y espacios públicos sin mascarillas y sin guantes.
TODO el mundo está esperando a ver quién descubre la vacuna del coronavirus. El país que la consiga se va a forrar. Donald Trump ha intentado fichar a unos investigadores alemanes que estaban desarrollando un proyecto, pero Ángela Merkel ha nacionalizado a sus científicos. Sin embargo, en China van por delante. Allí empezó y allí se va acabar. Es la orden que ha dado Xi Jinping. En China hay médicos e investigadores trabajando las 24 horas del día, desde hace dos meses, para encontrar una vacuna efectiva. El Ministerio de Defensa chino ha informado que ya tienen una vacuna que parece eficaz y que empezarán las pruebas con seres humanos, tras testarla con animales. Allí se testa lo que haga falta. Tienen nueve proyectos, por si acaso.
POCO antes de que empezara el estado de alarma, en la noche del sábado, más de 50 autobuses entraron en el puerto de Cádiz para que se subieran en ellos 1.888 personas que viajaban en el crucero Soureveign. Los cruceristas fueron trasladados de inmediato a Lisboa. Como suele pasar en estos casos, algunas personas han criticado que la Autoridad Portuaria (o sea, Teófila Martínez) les permitiera desembarcar en Cádiz. ¿Qué pasa? ¿Acaso los cruceristas no son seres humanos? ¿Si a ustedes les pilla esto en alta mar, les gustaría que los dejaran perdidos y sin rumbo, aunque no estuvieran enfermos? Después hablarán de solidaridad.
LAS medidas económicas y laborales aprobadas ayer por el Gobierno de Pedro Sánchez intentarán minimizar los otros daños causados por el coronavirus. Ahora lo principal es frenar la pandemia; pero en Andalucía, en general, y en Sevilla, en particular, no podemos perder de vista que será ruinosa. Las dificultades y los nuevos cambios sociales que originará el coronavirus pueden destrozar a la economía sevillana y han llegado en el peor momento. En otras regiones y ciudades de España, como Madrid, tendrán alternativas, por la diversificación de sus actividades económicas. En Sevilla afectará de lleno al turismo, y de rebote a la industria aeronáutica, por lo que puede hundir la economía local.