HEMOS leído en la prensa (o sea, en el Diario) que este verano no van a funcionar los lavapiés ni las duchas en las playas de Cádiz, según ha confirmado…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SE suele recordar que la Feria de Sevilla fue ideada por un catalán, Narciso Bonaplata, y un vasco, José María Ybarra. Por supuesto, no eran un catalán y un vasco independentistas, ni la Feria ganadera de 1847, con sus 19 casetas en el Prado, era como la de 2024. Sin…
FALTAN siete días para las elecciones en el País Vasco. Los de EH Bildu sueñan con ganar. Sería su primera vez. ¿Pasearán en gabarra? El mejor padrino para botarla sería Pedro Sánchez, que tanto les ha ayudado, hasta el punto de que ya pocos se acuerdan de que son los…
EN el salón de actos de la Fundación Cajasol (antes Casa de Pemán) presentamos el libro El obispo civil, de José Blas Fernández. Lo escribo en plural, porque yo hice la presentación propiamente dicha, si bien él interpretó después los pasodobles, los cuplés y el popurrí. Con un tono chirigotero, por la simpatía, aunque con el rigor que le caracteriza. Pepe Blas es de esas personas que usan la ironía y el sentido del humor, sin dejar de ser serio. A veces se ha propagado una imagen errónea de él. Quizá porque a pesar de escribir un libro sobre las más de 700 bodas civiles que ofició en el Ayuntamiento, Pepe Blas no se casa con nadie, y defiende sus derechos siempre. Sólo se ha casado con su esposa, Isabel Escobar, con la que contrajo matrimonio en 1973 en la iglesia de Santiago.
EN el PSOE de Andalucía han desenfundado los cuchillitos políticos, y los van afilando. Desde la calle San Vicente hasta la calle Oriente, pasando por la Plaza Nueva (sin olvidarnos de algunos distritos) están atacados de los nervios, en claves sucesorias. Algunos ya no saben si son de los suyos, o si deberían pasarse a los otros. Todos los partidos dependen de las intrigas cortesanas. Se vio en el PP, cuando lo de Soraya, Cospedal y Casado, pero les llovió del cielo el Andalucía Suma, que fue como un regalo de Navidad. También para Ciudadanos, donde Juan Marín se afianzó cuando le movían el sillón, antes de lo que se ha montado con Albert Rivera y los eurodíscolos. Pero en el PSOE se sabe, desde Alfonso Guerra, que quien se mueve no sale en la foto. Excepto Francisco Toscano, que tiene libertad de movimientos y siempre acierta.
NADIE le puede discutir a Chiclana que es el buque insignia del turismo de playas en las costas de Cádiz. Esta provincia vivía en el retraso turístico, comparada con otras (como Málaga o Alicante, además de las islas Canarias y Baleares), hasta que comenzó la implantación de hoteles de lujo en la prolongación de la Barrosa, hacia la urbanización del Novo Sancti Petri y la Loma del Puerco. Por cierto, gracias a cadenas hoteleras de origen mallorquín. Una vez más, nuestros empresarios estaban despistados con otros proyectos. No ocurrió como en la Costa del Sol malagueña, donde se aprovechó mejor ese boom. Con el tiempo, Chiclana se ha afianzado. Este año ha conseguido un gran éxito, al tener 15 hoteles de cinco estrellas y de cuatro estrellas (o sea, de lujo) con el 95,86% de ocupación en agosto.
A estas alturas, nadie puede dudar de la importancia estratégica que tiene la autovía de la SE-40 para Sevilla. En el tramo entre Dos Hermanas y Alcalá de Guadaíra continúan las obras, con una ejecución del 90%, según se ha publicado. Es un tramo importante, que enlazará el sur y el este de la provincia de Sevilla, entre dos núcleos urbanos muy poblados del área metropolitana. Es también un enlace entre la A-92 (la autovía que conecta a Sevilla con Andalucía oriental) y la AP-4 (la autopista que lleva hacia Cádiz, hacia el sur de esta parte de Europa y el norte de África). Pero la SE-40 también está destinada a facilitar la conexión entre el sur y el oeste; es decir, hacia Huelva y Portugal. Y ahí es donde nos encontramos con el problema de los túneles. Si no completan el enlace, la SE-40 será una autovía interrupta. O lo que es igual: un desperdicio de millones.
CÁDIZ es una ciudad bipolar, que todavía no ha encontrado su identidad propia en la zona de Extramuros. Decíamos ayer que en el conjunto histórico del casco antiguo hay que salvar el sky line, hay que preservar lo que se ve desde la Torre Tavira, donde está la Cámara Oscura de Belén González Dorao. Y, por supuesto, hay que salvar las torres miradores. En cualquier ciudad (no tan abandonada a su suerte y su desgracia) existiría un Plan para las Torres Miradores. Igual que se deben salvar los castillos, los baluartes y las murallas, donde no saben qué hacer, mientras destinan una parte de las bóvedas de San Roque para locales de distracción juvenil, en las medidas antibotellón. Pero, junto a eso, está Extramuros, donde tampoco saben qué hacer.