LA vida es como un carnaval, o quizás esa confusión proceda de que el carnaval se nutre de la vida misma. En Cádiz existe la costumbre de mezclar la vida…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL poco tiempo de las elecciones en la Hermandad de los Estudiantes, llegaron las de la Universidad. En Sevilla se dice Universidad, y se sabe a la que nos referimos, porque era la de toda la vida, antes de que se ampliara la oferta educativa. Establecer comparaciones entre las elecciones…
LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas,…

HOY comienza el Mundial para España, auque sin Lopetegui. La vida ha cambiado en el último medio siglo, pero hay algo que permanece inmutable: el televisor del Mundial. Es posible que los mundiales de fútbol se disputen para vender televisores. La cosa empezó con Matías Prats padre, mucho antes de que en Sudáfrica 2010 pasara Iniesta a la historia por marcar el gol de nuestras vidas. Matías hizo la transición desde la radio a la televisión para narrar los mundiales. Sin embargo, a pesar de todos los inventos modernos de este último medio siglo, a pesar de Internet y lo digital, un Mundial no es un Mundial si no se ve en un televisor, aunque los Q Led de ahora no son como los de antes en blanco y negro. Por eso, venden los de última generación cada cuatro años.
TODO hace suponer que Juan Espadas no inaugurará como alcalde el nuevo centro cultural del antiguo mercado de la Puerta de la Carne. Bueno, puede ser que lo inaugure, si es capaz de ganar las elecciones municipales de 2019 al PP de Beltrán Pérez, a los Ciudadanos de Javier Millán y a los Unidos Podemitas de ya veremos quién. O puede ser que haya que esperar al ganador de las elecciones municipales de 2023. La historia de este viejo mercado (obra de Gabriel Lupiáñez y Aurelio Gómez Millán, en 1929) es interminable. El cierre, el abandono, la lentitud de las obras, vienen del siglo pasado. Cuatro alcaldes han sido incapaces de inaugurarlo. Por eso, la noticia del último parón es acogida con indiferencia por los sevillanos, pero con un serio mosqueo en esa zona de la ciudad.
CON razón se tiene a San Antonio por uno de los santos más milagrosos. En Lisboa, las muchachas casaderas le pedían novio, conociéndose milagros casi increíbles. Recordarlo hoy parece machista, pero yo no tengo la culpa de que las muchachas de Lisboa le pidieran un novio a San Antonio. Cosas más raras le habrán pedido, aunque los ateos no crean en los milagros. Cuando llega su día, puede pasar cualquier cosa. Hace tres años pasó que un tal Kichi se convirtió en alcalde de Cádiz. Ayer celebró su tercer cumpleaños, con otro escrito. Y ayer, en el día de San Antonio, ocurrieron fenómenos portentosos: echaron al seleccionador Lopetegui en las vísperas de empezar el Mundial; y dimitió Màxim Huerta, que apenas ha durado una semana como ministro de Cultura.
EN Sevilla, ayer la gente hablaba de la destitución de Lopetegui como seleccionador, de la retirada de Joaquín Sainz de la Maza como presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías y de la dimisión de Màxim Huerta como ministro de Cultura. ¡Vaya día! Desde que echaron a Rajoy parece que ha surgido otra conjunción astral, como la de Zapatero, ahora con Pedro Sánchez. Y ya es un sinvivir. En el caso de las cofradías, la gente está diciendo que esto se veía venir. Así que después de publicarlo Carlos Navarro Antolín, en primicia, en este Diario, han arreciado las especulaciones sobre quién será el siguiente presidente. Porque ya se especulaba.
ES una vergüenza para Europa lo que ha pasado con el barco Aquarius, que se quedó en alta mar con 629 criaturas porque no lo querían recibir en Italia ni en Malta. Ahí apareció Pedro Sánchez, que ofreció el puerto de Valencia para que entren. Es reconfortante su gesto solidario. Aunque en Italia hablan de “victoria”, como si le hubieran marcado un gol a España. Y puede que sí. Por ser buenos, podemos acabar siendo los que paguen la película de las mafias de la inmigración, que trafican entre Libia e Italia, y pueden desviar las rutas a España para unirse así a las otras mafias que trabajan desde Marruecos. Migrantes como los que han desviado a Valencia llegan a las costas de Cádiz todos los días. Ya ni siquiera es noticia.