ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
A los pocos días de la catástrofe, escribí que Carlos Mazón debía dimitir como presidente de la Generalitat valenciana. Es lo que pensaban (y siguen pensando) la mayoría de los ciudadanos. Ha sido un error mayúsculo que permaneciera en el cargo, con la excusa de que sería el piloto de…

EL Plan para la Desescalada que presentó Pedro Sánchez va a tumba abierta. Si queda un poco de sensibilidad social, deberían revisarlo, como ya le han pedido varias comunidades, incluso Ximo Puig, que es de los suyos. El PSOE y Unidas Podemos han vuelto al franquismo, han vuelto a Madrid y sus provincias. Se han cargado el Estado de las Autonomías. A Pedro Sánchez se le está poniendo la cara de “Andaluz, este no es tu referéndum”. La Junta debe ser más contundente. Y los de Adelante Andalucía, que iban de verdiblancos de cartel, ¿qué dicen? Hemos vuelto a las provincias como unidad de destino en lo universal.
ENTRE todas las formas de ser gaditano, una de las que tiene más mérito es la que eligió Michael Robinson: por un flechazo de amor. Se lo dio Cupido, vestido de amarillo, en la liguilla de la muerte que inventó Manuel Irigoyen en 1987, cuando ampliaron la Primera División. Aquella liguilla la disputaron Cádiz, Osasuna y Racing de Santander. Así consiguió Irigoyen que se salvara el Cádiz, que había sido último, y que descendiera el Racing, que fue penúltimo. Robinson vino a Cádiz con Osasuna. Yo recuerdo aquel partido, con un vendaval de levante horroroso, y con David Vidal en el banquillo a su modo. A Michael le llamó la atención lo que se encontró en Carranza, que ya por entonces tenía un ambiente digamos que pintoresco.
VIENDO el mapa del coronavirus en Sevilla, se aprecia la importancia de la capital. Es el epicentro provincial de la pandemia, pero se debe considerar como muy normal. Recuerden que cuenta con 688.592 habitantes, y que las siguientes son Dos Hermanas con 133.968 y Alcalá de Guadaíra con 75.279. Además, Sevilla acoge a los principales hospitales. Es la segunda capital andaluza con más casos de coronavirus, superada por Málaga. Los datos de contagios detallan la propagación, pero pueden llevarnos a conclusiones erróneas. Para empezar, el número de contagios reales no tiene nada que ver con las cifras oficiales. Además, depende de cómo se vea. ¿Medio lleno o medio vacío? Ayer sufrimos en España 301 muertes por coronavirus. Fernando Simón dijo que son datos “realmente buenos”. ¿Buenos? En realidad, son menos malos que los de otros días.
SEGÚN lo que hemos visto en los últimos días, existe un serio peligro de que los casos de coronavirus sufran una segunda oleada. Esto hay que decirlo y explicarlo a la gente. Lo deben evitar ahora, para no lamentarlo en mayo. Y, desgraciadamente, viendo las intervenciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, se nos ponen los vellitos de punta. Es igualito que Pedro Sánchez. Se dedican a poner excusas para justificar sus responsabilidades. Para no cargarse eso que llaman la desescalada, hay dos cuestiones básicas: Primera: Cortar la cadena de propagación de la epidemia, detectando a los asintomáticos. Segunda: Cumplir todos (incluso Pablo Iglesias) las medidas de seguridad personal. Sin eso, podemos estar confinados hasta el verano y con miles de muertos más en España.
SEGÚN lo que hemos visto en los últimos días, existe un serio peligro de que los casos de coronavirus sufran una segunda oleada. Esto hay que decirlo y explicarlo a la gente. Lo deben evitar ahora, para no lamentarlo en mayo. Y, desgraciadamente, viendo las intervenciones del ministro de Sanidad, Salvador Illa, se nos ponen los vellitos de punta. Es igualito que Pedro Sánchez. Se dedican a poner excusas para justificar sus responsabilidades. Para no cargarse eso que llaman la desescalada, hay dos cuestiones básicas: Primera: Cortar la cadena de propagación de la epidemia, detectando a los asintomáticos. Segunda: Cumplir todos (incluso Pablo Iglesias) las medidas de seguridad personal. Sin eso, podemos estar confinados hasta el verano y con miles de muertos más en España.