TRES torres y seis cofradías hay en mi barrio de Santa María. Esto lo podría decir un pregonero y colaría. Porque el barrio tiene las torres de la Merced, Santo…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA Madrugada de la Semana Santa de Sevilla es el territorio de los abruptos contrastes. Según las estadísticas, es la jornada con mayor número de nazarenos cumpliendo estación de penitencia y es la jornada con menos público en las calles del casco antiguo viendo las procesiones. Es también la jornada…
LA Semana Santa ofrece 8 días de oro para el turismo, y no sólo el religioso. En Andalucía se celebra como ya sabemos, pero hay de todo. Miles de personas entran y salen de las ciudades estos días. Oigan, ¿pero el turismo es bueno o malo? Es la principal fuente…
UNOS ven el vaso medio lleno y otros lo ven medio vacío, se suele decir en el tópico. Algo parecido pasa en los muelles de Cádiz. Unos días aparece con dos, tres, cuatro o hasta cinco cruceros; o bien con otros barcos de Canarias, o de donde sea, que pasaban por allí. Sin embargo, también hay momentos en los que aparece vacío. Y esos momentos son aterradores. Sucedió en la mañana del Corpus, cuando pasaba el Santísimo por la plaza de San Juan de Dios, con la tribuna de Moret abarrotada de gente que no respeta al prócer gaditano y se le suben a las narices. Al fondo, el Puerto sin grandes barcos. Y detrás de la Custodia, no había marineros, como en tiempos pasados. Otro símbolo chungo de los tiempos.
LA duración de Sánchez es una de las claves para saber si perjudica a Juan Espadas en su carrera para seguir como alcalde. Si el nuevo presidente del Gobierno se limita a pasar las vacaciones de verano en la Moncloa y convoca elecciones en otoño, creo que no perjudicaría al alcalde de Sevilla, sino que incluso lo beneficiaría. Pero si Pedro Sánchez intenta llegar hasta la primavera del 19, con el apoyo necesario de grupos radicales (que le pedirán algo a cambio, no va a ser por su cara bonita), pues probablemente le perjudique. Cuanto más tiempo pase, más se le puede exigir, en el cumplimiento de todo aquello que le reclamaban a Rajoy. La pelota pasará al tejado del PSOE en asuntos de mucha sensibilidad.
EL Corpus es una fiesta religiosa católica, pero era también una fiesta cívica. Sigue siendo un buen barómetro para tomar el pulso a la ciudad. Porque, de algún modo, refleja el estado de sus hermandades, de la sociedad civil, de las representaciones institucionales, del clero y de las autoridades. En ese sentido, el Corpus de Cádiz ha decaído, si se compara con los de Toledo, Sevilla o Granada, con los que antaño rivalizaba en esplendor. Me estoy refiriendo a otras ciudades españolas (no de marcianos), que se rigen por las mismas leyes y costumbres, y hasta por los mismos partidos políticos, que se comportan en Cádiz de diferente modo.
ANTES de que aterrizara Pedro Sánchez en la Moncloa, estábamos en pleno debate sobre el turismo de lujo y el turismo de chanclas. No lo olvidemos. Sin dudar de los matices, deberíamos entender que es tan real y confuso como la vida misma. Se conocen casos de ricos con chanclas (las hay de Louis Vuitton y de Chanel, entre otras marcas, algunas incluso con pedrería preciosa), por lo que puede ser engañoso. Lo mismo pasa con los vaqueros rotos y agujereados, que antes eran prendas de mendigas y ahora los lleva hasta la reina Letizia cuando sale por Chueca. Y lo más importante es que no sucede sólo con los turistas, sino que también se puede extender a otras tribus urbanas. A los concejales de Sevilla, pongo por caso. Hay ediles de lujo (algunos incluso llegaron a ministros o presidenta de la Junta) y ediles con chanclas, mochilas y camisetas.
AHORA viene lo peor para Pedro Sánchez, que es ejercer como presidente del Gobierno. Viendo su aspecto de “euforia contenida” (tras prometer sin Biblia ni Crucifijo), se comprende mejor lo que ha pasado. En realidad, él no esperaba ser presidente, sino conseguir que Rajoy dimitiera. Y Rajoy sí quería ser presidente, pero no estaba dispuesto a dimitir antes de que lo echaran. Los dos jugaron sus cartas sin reparar en las consecuencias de las estrategias equivocadas. Lo peor no es que uno ha fracasado y al otro le pueden quedar meses, sino que están en el camino de hundir a sus partidos. El PP y el PSOE han protagonizado la política de las cuatro últimas décadas, pero tienen un problema de liderazgo.