EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
AL ministro de Transportes, Óscar Puente, lo tienen ya en el punto de mira la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de Sevilla. Es un ministro peculiar, con una parte buena y otra mala. La buena es que suele decir lo que piensa y miente menos que otros compañeros de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
A la Pandemia la quieren llamar la Endemia. Lo dijo Pedro Sánchez, aunque matizó que “no será de un día para otro”. No va a ser como la burocracia exprés de Juanma Moreno en la Junta. Sobre estos nombres de la Pandemia y la Endemia, es raro que no hayan protestado las feministas, ya que a las cosas malas les ponen nombre de mujer. ¿No podrían ser el Pandemio y el Endemio, que suenan a golfantes? A la Pandemia le quieren cambiar el nombre y llamarla la Endemia para reinventarla. Para darle una segunda oportunidad, y que a la gente no le parezca tan hija de mala madre (otro ejemplo de machismo atroz); y que no le vuelvan a echar la culpa a las manifestaciones del 8-M, cuando después se ha manifestado todo el que ha querido y con megáfonos, y hasta han salido los reyes magos en cabalgatas. La Endemia estaría mejor maquillada que la Pandemia, sería más presentable en la harta sociedad.
EL PSOE gaditano no consigue levantar cabeza desde que Carlos Díaz fue obligado a no presentarse en 1995, cuando empezó el boom de Teófila Martínez. Pero el PSOE gaditano ha estado en crisis, con familias peleadas, desde el principio de la democracia. Pues cuando llegó Carlos Díaz a la Alcaldía fue porque las dos familias de entonces estaban en disputa y buscaron a un tercero que pasaba por allí. Después Carlos Díaz se consolidó como alcalde, pero nunca tuvo liderazgo en el PSOE gaditano. Y así siguen. Por ello, no puede sorprender demasiado la dimisión de su portavoz municipal, Mara Rodríguez, y los concejales Francisco Javier Ramírez y Rosa de la Flor. Justo cuando van a elegir a José Ramón Ortega como nuevo secretario local, en el relevo de Fran González. Para ambos han tenido recuerdos, nada cariñosos, en la despedida. Pero este problema no es de ahora, sino de siempre.
A Francisco Toscano ya le queda poco tiempo como alcalde de Dos Hermanas. Al cumplir 73 años, va a dejar la Alcaldía de los nazarenos, un cargo que ostenta desde 1983. Ha ganado 10 elecciones municipales con mayoría absoluta, obteniendo así el derecho a decidir durante 40 años en la Alcaldía, aunque sólo estará 38 años y pico. Recuérdese que ese tiempo es el que permaneció Francisco Franco como caudillo de España, con perdón por la comparación. Es decir, que Quico Toscano es como un régimen para Dos Hermanas, pero con una diferencia esencial: sometido al control de las urnas, en las que ha ganado por goleada, para desgracia de todos sus rivales.
ES lamentable que la noticia más importante de las pasadas fiestas de Navidad en Cádiz haya sido la cabalgata de los Reyes Magos y el caso del oso averiado. En Cádiz la gente es muy exigente con las cabalgatas. Si fuéramos igual de exigentes con otros asuntos más importantes, quizás otro gallo cantaría y no daría el cante con el megáfono. Si estuvo de trending topic en Twitter y sirvió de pitorreo nacional en el Sálvame de Tele 5 fue, básicamente, por culpa de gaditanos y gaditanas que colgaron videos y se mofaron a gran escala. Se exageró una pamplina, y ya lo aprovecharon fuera, porque en el resto de España sirve Cádiz para el cachondeo, para reírse, para hacer de bufones, con el pretexto de que esto es Cádiz y aquí hay chirigoteo todo el año, y qué se le va a hacer si esta ciudad es así y todo se toma a broma.
EL ministro Alberto Garzón es un ejemplo de lo que no debe ser un ministro. Por eso, no se pueden disculpar sus errores. No vale con decir que son garzonadas. No se le puede tratar como a los niños traviesos y metepatas. La vicepresidenta Yolanda Díaz, todavía de Unidas Podemos, ha dicho: “Es un metepatas, pero es nuestro metepatas”, lo que ha causado cierta perplejidad y ha contribuido al pitorreo general. Por eso, es justo pedir su destitución. Sería oportuno que Pedro Sánchez lo destituyera, aunque se sabe que no lo destituirá. Y no porque lo pida el PP, sino que ha conseguido indignar incluso a barones socialistas, como Lambán y García-Page, que están hartos de las pamplinas de ministros chiquilicuatres y metepatas como el citado.