ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas,…

ENTRE las novedades del equipo municipal de Cádiz, que comanda nuestro alcalde Kichi, una de las que ha causado expectación es la concejala de Cultura y Fiestas. La unificación es un acierto. A eso se suma que ejerce este cargo Lola Cazalilla Ramos, licenciada en Historia del Arte. Es decir, una señora que tiene una carrera terminada, aunque es nueva en la política. Algunos que ya la hemos saludado coincidimos en que no parece de Podemos. Esto se puede interpretar como un elogio (que es como lo planteo), o como una crítica. Pero en modo alguno quiero poner a los indignados de los sueldos en contra desde el minuto 1. Me refiero a que parece una concejala de verdad.
EL proceso especulativo que expulsa a los sevillanos del casco antiguo no ha comenzado ahora, ni se basa sólo en el turismo. Continúo con el segundo artículo de la Trilogía del Desarraigo para recordar que esto mismo se decía en décadas anteriores, incluso en el siglo pasado. En los años 90 eran abundantes las polémicas referidas al proceso de terciarización del centro, que se destinaba cada vez más a servicios, mientras los sevillanos se iban a vivir lejos. La ciudad siempre tuvo tendencia a ensancharse. El proceso se intensificó con el franquismo en la posguerra y se complicó con el desarrollismo de los años sesenta y setenta del siglo XX. En la democracia, los ayuntamientos de andalucistas, socialistas y populares, desde Luis Uruñuela a Juan Espadas, pasando por los demás, han sido incapaces de revertir esa situación.
LA buena gente dice: “las obras del Paseo Marítimo, con su carril para patinetes, digo para bicis, es lo mejorcito que hizo el Ayuntamiento de Kichi en sus cuatro años anteriores”. La mala gente dice: “Para una cosa que hizo el equipo de Kichi medio bien, resulta que es una obra de la Junta de Andalucía”. Yo no le quiero quitar la ilusión a Martín Vila, que está con el Paseo Marítimo como un niño con zapatos nuevos. Eso se decía antes, la verdad, ahora se dirá como una niña con zapatillas de Vans o de Converse nuevas. Por no dispersarnos, se debe reconocer que es una obra. Y que en Cádiz hemos visto tres obras en cuatro años, por lo que tiene un valor sustancial. Pero…
COMIENZO con este artículo una trilogía. Desde hace años están de moda, y si no se escribe por triplicado parece poquita cosa. Se podría denominar Trilogía del Desarraigo. O también, a modo general, Sevilla sin sevillanos. El mítico ideal que popularizó Antonio Machado ha adquirido, con el tiempo, el sentido contrario. Ya no se trata de disfrutar la ciudad sin los excesos de sus ciudadanos, sino de expulsar a los sevillanos a las periferias. En esa coyuntura estamos. Se ha culpado al turismo, y se ha fomentado la turismofobia, para chinchar a Juan Espadas. De manera que ves a una muchacha con short, top de tirantas y chanclas, como si fuera a la piscina del Tiro de Línea, llorando porque no la dejan entrar en la Catedral, y parece que es una enviada especial de Satanás. Cuando ella es otra víctima. El turista sólo es un medio para conseguir el fin de lo perverso. Y el fin es hacer negocio a costa de Sevilla.
LA cantera ha obtenido un gran éxito con el ascenso del Cádiz B. A eso se añade que Manu Vallejo subió al primer equipo, fichó por el Valencia y ha sido campeón del Europeo sub 21, aunque él sólo disputó tres minutos. Para el próximo año se han abierto nuevas expectativas con el filial en la Segunda B. El salto de categoría será mínimo y eso permitiría ajustar mejor los costes y la calidad de los fichajes. Tener al filial en Segunda B es motivo de orgullo para la afición cadista, que en las últimas 10 temporadas vio a su primer equipo durante siete años en esa división.