LA provincia de Cádiz está considerada como la tercera más rociera, tras Huelva y Sevilla (o Sevilla y Huelva), pero esa clasificación admite matices. Hermandades del Rocío hay en los…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
LA parroquia de Santa María la Blanca está en los límites históricos de la Judería, aunque en el corazón de ese barrio sevillano se encuentra también la parroquia de San Bartolomé. En Santa María la Blanca han tenido el acierto de abrir por obras; es decir, que su párroco, el…
PARA entender un poco la realidad de Cataluña, que en el resto de España está tergiversada, nos ayudan las cuentas electorales. Es decir, la evolución de los resultados en las últimas elecciones. Entre el referéndum ilegal que montó Puigdemont el 1 de octubre de 2017 y la convocatoria de hoy,…
LA gente es así de novelera. Parece que por fin ha llegado el día en que Sevilla se convierte en una gran ciudad. Gracias a la inauguración del centro comercial de Torre de Sevilla, donde entre otras tiendas hay una de Primark. Sin embargo, lo más interesante de este centro comercial es que va a legitimar la mismísima Torre Sevilla. Ese rascacielos que antaño se llamó la Torre Pelli, en recuerdo de su autor. Fue criticado por todo el mundo en general, porque una ciudad como Sevilla no debía contar con un rascacielos como ese. Rivalizaba con la Giralda, establecía un histriónico diálogo arquitectónico, destrozaba el sky line a lo salvaje... Eso es lo que decían.
LA alcaldesa de San Fernando, Patricia Cavada, se había mostrado hasta ahora como una mujer bastante sensata en la política. Por eso, ha llamado la atención esa foto que subió a Instagram donde aparece a modo de cartel del We Can Do It!, que así en inglés queda como más confuso. Pero que, traducido a la lengua española, significa que podemos hacerlo. El nombre de ese partido, o lo que sea, lo plagiaron Pablo Iglesias y sus compis de ahí. Si en ese cartel viéramos a Teresa Rodríguez, yo lo entendería, y me parecería normal para su mentalidad e ideas. Pero que lo haga una alcaldesa del PSOE ya es más rarito. Ese podemismo feminista rezuma populismo de arriba abajo. Aparte de que parece un meme chungo, como el de Benedicto XVI con la bufanda del Cádiz.
HAY una gran diferencia entre la realidad y el deseo, dicho sea sin evocaciones poéticas de Luis Cernuda. El deseo se expresa con planes para 2025, con estrategias para 2030, con actos vistosos en los que se habla de convertir a Sevilla en un gran nudo logístico, en la encrucijada del sur de Europa y el norte de África, en el corazón de Andalucía y en la amiga de Portugal. Se habla de innovación, de tecnología y de fantasías animadas. Frente a eso, está la realidad. Lo real desmiente a lo imaginario. Lo real es que las infraestructuras de Sevilla sufren un retraso de más de 25 años, tras el frenazo impuesto a continuación de la Expo 92.
EN cualquier ciudad del mundo civilizado no se entendería la polémica que existe con la fiscalidad del Carnaval. Sólo se puede entender si le aplicamos una mentalidad gaditana, que viene del socialismo utópico y el anarquismo libertario, combinado con la doctrina social de la Iglesia. Es decir, una fusión de Fourier y Bakunin con León XIII, o una síntesis entre Fermín Salvochea y el beato Diego José. Traducido resulta que por lo humano y por lo divino está justificado que el pobre se busque la vida, en casos de necesidad. Y que se comprende que la buena gente modesta cobre una paguita del paro, o la pensión, mientras se busca alguna ayudita con unos chapús de si te vi no me acuerdo.
POR fin han nombrado a una mujer pregonera. Le ha correspondido a Charo Padilla ese honor. No se ha demorado sólo por machismo, sino especialmente por miedo. Es decir, por un temor al qué dirán si no le sale bien. Esa lupa enfocada de la que habla Charo. Pues se ha dado por supuesto que la primera mujer pregonera que salga al escenario del Teatro de la Maestranza representa a todo el género femenino en su faceta pregoneril. Algo así como la Eva de los pregones, que nos lo ofrece a modo de manzana, a ver si gusta. Es una estupidez, porque si un hombre pregonero suelta un petardazo en el atril (y no sería el primero, ni el segundo), el problema es sólo suyo, pero no de todo el género masculino.