EN la polémica por los cambios de nombres de las calles, la opinión de los vecinos es importante. Son los afectados. Pues si te cambian el nombre de la calle,…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
SEVILLANOS y sevillanas, titulares de casetas y de carruajes, votantes todos: la Feria ha terminado. Aquí había más gente que en la plaza de Oriente. Aunque no todos habían llegado en autobuses, porque a ciertas horas parecía imposible. Ahora estamos en la semana después. Ahora estamos en la semana de…
ETA fue fundada en 1959, cometió crímenes durante el franquismo, los siguió perpetrando en la democracia, anunció el cese de su actividad armada en 2011, pero no se disolvió oficialmente hasta 2018. ETA duró casi 60 años; es decir, 20 años más que el franquismo, y de ellos más de…
En 1973 un incendio calcinó a la antigua Virgen del Patrocinio y dañó gravemente al Cachorro l Luis Álvarez Duarte talló una nueva dolorosa, inspirándose en la anterior, pero con su estilo
EL 26 de febrero de 1973 nunca se le olvidará a los cofrades del Cachorro. Aquel día, poco después de las dos de la tarde, un albañil llamado Rafael Blanco Guillén vio salir humo del templo. Entró por un balcón y apartó los candeleros que ardían, hasta llegar al altar y salvar al Cachorro. El portentoso Crucificado sufrió daños graves, pero pudo sobrevivir a las llamas. Posteriormente fue admirablemente recuperado por los hermanos Antonio y Joaquín Cruz Solís. Sin embargo, en aquel lamentable siniestro, la Virgen del Patrocinio quedó reducida a cenizas.
QUIZÁ sea la gran olvidada de la Semana Santa gaditana. Una imagen a la altura de las mejores dolorosas de Cádiz, aunque tallada en el siglo XX. Este año se cumplen 75 de su bendición, que tuvo lugar el 3 de abril de 1944. Puede ser que la Virgen de los Dolores asuma con humildad ser la Madre del Regidor Perpetuo y Señor de Cádiz. En su altar de Santa María, en su procesión del Jueves Santo, se aprecia que Jesús Nazareno atrae todas las devociones, que recibe el amor y las peticiones de sus hijos, que llega al alma de la gente sencilla cuando lo contempla. Pero detrás está su Madre, que lo sigue, y también se merece toda la atención.
AL difundir noticias relacionadas con la Semana Santa de Sevilla se debe tener mucho cuidado. Es una fiesta marcada por la sensibilidad. Crear alarmismo ya se ha visto que se convierte en un factor de riesgo. La detención del yihadista en Marruecos, que se dio a conocer ayer, en vísperas de otra Madrugada, no llegó en el momento más oportuno. En la vigilancia policial se sabe que la discreción es importante. Los silencios de la Policía son como los silencios de Sevilla. A veces no hacen falta las palabras, cuando sólo sirven para meter la pata. Por otra parte, no es lo mismo que exista miedo a las tropelías de cuatro niñatos gamberros que situar la Semana Santa en el objetivo del yihadismo, como han hecho fuentes del Ministerio del Interior. Grande-Marlaska se ha lucido.
l La Exaltación vuelve a salir de su templo, que fue cerrado en 2004 y ha sido sometido a una larga restauración l Su historia está vinculada a esta iglesia, en la que ya se encontraba en 1621
UNA de las grandes novedades de la Semana Santa de 2019 es la salida de la cofradía de la Exaltación desde su sede canónica de Santa Catalina. La iglesia ha permanecido cerrada desde mayo de 2004, tras desprenderse unas tejas que permitieron descubrir el mal estado que sufría. Cuando tanto se habla estos días de la conservación del patrimonio, por el incendio de Notre Dame, se deben recordar casos como este. A lo largo de 15 años se han prolongado las obras con periodos de paralización y muchos problemas. La decidida intervención de monseñor Asenjo ha sido providencial para que volviera a abrirse al culto. El Arzobispado ha invertido en la restauración más de tres millones de euros. El 24 de noviembre de 2018 se celebró la misa de la reapertura y el templo recuperó la normalidad, con importantes mejoras. A destacar también los hallazgos arqueológicos que se pueden ver.
EL barrio de San Carlos es uno de los más olvidados de Cádiz. Es otra herencia de los tiempos del esplendor de la ciudad. El ensanche fue promovido por el conde O’Reilly, gobernador en los últimos años del siglo XVIII. Con el tiempo, San Carlos se amplió con espacios ganados al mar. Está en las cercanías del puerto, junto a la punta de San Felipe, custodiado por las murallas y limítrofe con la Alameda. Una zona señorial y marítima. Curiosamente, en una ciudad histórica plagada de templos, su parroquia es la del Rosario, que no se encuentra en el barrio. Pero su cofradía, las Angustias del Caminito, sí que está en el barrio. Todos los años lo recorre en la tarde del Miércoles Santo.