ANTES se decía “Fulanito vive a cuerpo de rey”, y no era por don Juan Carlos I, que acaba de publicar sus memorias. Sin embargo, ahora (cuando no invitan al…
LA derrota del Cádiz ante el Sevilla puede parecer engañosa. Al minuto 90 se había llegado con empate. Fue un duelo competido, en el que el Cádiz tuvo aspectos buenos…
ABEL Moreno Gómez es un triunfador. Y eso despierta la admiración en la gente sencilla, y es lo que se quedará para la posteridad. Pero también origina envidia, entre los que intentar regatear méritos. Abel Moreno es una figura de la música popular sevillana, andaluza y española, pero no siempre…
LES quedará el consuelo de que peor que ahora no van a estar, cuando se vote. El congreso del PP andaluz les ha llegado en su momento más difícil de la legislatura. Juanma Moreno se equivocó, al pecar de un exceso de confianza con la sanidad andaluza. En décadas pasadas,…

EL jueves es un día grande en Sevilla. El jueves es uno de los días más tranquilos de la Semana Santa y termina de madrugada, lo que a veces se olvida. El jueves es el día de la procesión del Corpus, aunque la fiesta litúrgica se trasladó al domingo. El jueves es el día de la Europa League, para el club que la juegue. Y el jueves es el día de la discordia en la calle Feria, donde montan un mercadillo que está en el ojo del huracán. Bueno, en el ojo de la Autoridad Municipal, del Cecop, o lo que sea, que ya ha intervenido por motivos de seguridad. Como en el baculazo del Martes Santo, la seguridad es la excusa que han encontrado para hacer un plan de ordeno y mando.
ALGUNAS veces los políticos están mejor callados. Mire usted, si lo han colocado como candidato por la provincia de Cádiz, no pasa nada. No es la primera vez que el PSOE sitúa a un paracaidista para que aterrice en la provincia, que es una forma de decir que aquí no tienen a nadie mejor. En vez de colocar a Juan Carlos Campos, que es un magistrado de la tierra y que ya ha sido diputado del Congreso y vocal del Poder Judicial, prefieren a otro magistrado de por ahí, que es ministro de Interior con Pedro Sánchez. A los partidos se les nota que las primarias son un camelo. A los Ciudadanos de Castilla y León les salieron más votos que votantes con Silvia Clemente. A los socialistas de Cádiz les ha salido el grano de Marlaska. Para disimular, es mejor nombrarlos a dedo.
LAS normas de la ley seca de la Madrugada parecen los preparativos para la tercera guerra mundial. Hay que tener cuidado, todas las precauciones son pocas, pero sin exagerar. Así como quien no quiere la cosa, como sin darnos cuenta, sigue latente el riesgo de convertir el centro de Sevilla en un sambódromo, o en eso que ahora llaman un parque temático, en este caso de la Semana Santa. Entiendo que Juan Carlos Cabrera procede en Fiestas Mayores y en Seguridad con la mejor voluntad, por lo que pueda pasar, pero hay que tener mucho cuidado con las líneas sensibles.
DESDE las elecciones municipales de 2015, se advierte un intento de politizar el Carnaval de Cádiz, como quien no quiere la cosa. Algunos lectores me dirán que el Carnaval es crítico, y por consiguiente político, ya que incluye una intencionalidad y una ideología. Sin embargo, que sea crítico (y que lo deba ser) es diferente a que se convierta en un instrumento manejado por algunos partidos. Una de las leyendas urbanas gaditanas es que el mundo del Carnaval (sus principales autores y componentes) resultó determinante para la llegada de Kichi y Podemos a la Alcaldía, y para echar a Teófila. Algunos lo celebraron en San Juan de Dios. Pero el peligro al que me refiero es diferente. Se trata del intento de apropiarse del Carnaval, en lo ideológico y en su control.
EN Sevilla tú oyes Licitación de la Gavidia y te suena a una nueva marcha. Del tirón piensas en Abel Moreno, al que le encargan marchas hasta en Galicia, o en Manuel Marvizón, que durante unas semanas ejerce de consorte de la pregonera Charo Padilla. Pero Licitación de la Gavidia no es una marcha, que sonaría fúnebre y lenta, muy lenta. Por el contrario, la licitación de la Gavidia es lo que aprobó ayer la Junta de Gobierno Local, tras la decisión de recalificarla, que ya había aprobado un pleno.